El Centro Histórico, la gran zona comercial de Navidad y fin de año

Fotos: EL COMERCIO Veredas y calzada saturadas. En la calle Imbabura, a la altura de la Chile, personas y vehículos circulaban con lentitud, la mañana de ayer.

Fotos: EL COMERCIO Veredas y calzada saturadas. En la calle Imbabura, a la altura de la Chile, personas y vehículos circulaban con lentitud, la mañana de ayer.

En la puerta de ingreso del Centro Comercial Nuevo Amanecer un letrero indicaba que el parqueadero subterráneo estaba lleno. Ya adentro, el calor a ratos se hacía insoportable. Daba la impresión de que las personas realizaban sus compras en el interior de un sauna. La diferencia: que eran dos pisos de locales comerciales y todos estaban llenos.

Mientras recorrían los pasillos observando la diversidad de artículos, algunas personas sudaban, unos lo hacían por el ambiente pesado a causa de la aglomeración y, otros, por la cantidad de regalos que debían adquirir y transportar antes de la Nochebuena.

En uno de los locales, Zoila Burgos, visiblemente ajetreada, gritaba ofreciendo ropa para niños y camisetas tipo polo. Armada con un ventilador portátil que dispara chorros de agua, contó que las ventas se incrementaron desde el viernes en la tarde. “Lo fuerte va del 21 hasta el 24 porque generalmente las personas compran más en las vísperas de Navidad”.

En temporada alta, uno de sus cuatro hijos y su nieto de 16 años la ayudan con ese trajín, pues con tanta gente que circula deben estar atentos a que nadie se vaya sin pagar o, por el contrario, hurte las prendas que se exhiben.

En las afueras, en la calle Chile, a la altura de la Mejía, el ir y venir de personas se incrementaba. En una suerte de éxodo, cientos de personas recorrían la estrecha vereda de 2, 5 metros de la calle Imbabura. Allí, Liliana Chicaiza y su hija, Carla, consultaban el costo de blusas y sacos para dama.

Esta zona de Quito les permite averiguar precios por la variedad de locales que existen y, así ver las mejores opciones. Ambas aseguraron que prefieren comprar en el Centro por las alternativas que tiene y por la cercanía que hay a su domicilio, ubicado en La Tola.

A dos cuadras hacia el este, en el Centro Comercial Hermano Miguel, el movimiento era constante. A parte de ser uno de los ‘BBB’ (bueno, bonito y barato) que más visitantes registra, en los exteriores se instalaron tres carpas: una de la Cruz Roja para donar sangre, otra de la Samur, para brindar primeros auxilios y la tercera de la Policía Nacional, donde se brinda información a la ciudadanía.

A pocos metros, en la calle Cuenca, la ropa urbana, gorras y camisetas de baloncesto expuestas en el balcón del segundo piso del local New York Sport llamaban la atención de los transeúntes. Su propietaria, Fabiola Iza, espera vender buena parte de la mercadería importada desde Estados Unidos, Panamá y Colombia, hasta los primeros días de enero.

El “martirio” de la masiva afluencia de personas no fue solo para los peatones. Los conductores tuvieron su parte: Milton López, de 30 años, esperaba resignado que los vehículos avancen por la Benalcázar. El tenía previsto adquirir zapatos, camisetas y chompas para sus sobrinos, pero antes, debía dirigirse al estacionamiento de las calles Mejía y Venezuela. “Ojalá allí haya donde estacionar”, agregó.

La incertidumbre tenía sustento. Es que este fin de semana, los locales comerciales del Centro Histórico de Quito, tuvieron una alta afluencia de personas. Es que miles de personas se volcaron a esta histórica y patrimonial zona de la ciudad para realizar sus compras de temporada. Los centros comerciales del ahorro y los almacenes ubicados a lo largo de las calles Imbabura, Chile, Cuenca, Mejía, Bolívar, Guayaquil, Benalcázar, Venezuela, Rocafuerte, Olmedo y en la av. Pichincha, en el sector de La Marín, fueron un imán.

Precios módicos y variedad de productos son los principales atractivos para los compradores, quienes a pesar del gentío y el aumento del tránsito vehicular, no escatimaron esfuerzos para adquirir los regalos para sus seres queridos.

En una extensión relativamente corta de terreno se ofertan calzado, vestimenta para niños, jóvenes y adultos, electrodomésticos, bisutería, confites, relojes… Las promociones y descuentos son el as en la manga para vender más.

Entre sábado y domingo, se incrementó el control a las ventas ambulantes. Pero, en calles como la Chile y la Guayaquil fue casi “imposible” retirarlos.

Los comerciantes confían en que este volumen de ventas, generado por la afluencia de personas, se extienda hasta los primeros días de enero. Lo que sí se debe tener en cuenta es que esta semana, la congestión se mantendrá en esta zona de la ciudad. La proximidad del Año Nuevo y las celebraciones del año viejo también generan afluencia de personas, y también hay turistas nacionales y extranjeros.

Para emergencias Dos carpas ubicadas en las afueras de los Centros Comerciales Hermano Miguel y San Martín, ofrecen atención primaria a las personas.

La llamada  Ruta Segura del Comprador tiene cinco puntos seguros ubicados desde El Tejar hasta La Marín, por la calle Chile.

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