En el Centro Histórico de Quito hay menos infractores del pico y placa. Esto, según Ismael Acevedo, fiscalizador de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop). En su opinión, es posible que la gente piense que hay más controles en el Centro Histórico. “También puede ser que los vehículos infractores ya hayan sido detenidos en otras zonas, por ende, ya no llegan al Centro”. Otra posibilidad, admite, es que los infractores circulen por las vías que no están custodiadas en el sector. “Uno hace lo humanamente posible. El registro que realizamos es meramente visual”. El equipo que vigila el Centro Histórico está compuesto, en teoría, por ocho personas. Cuatro policías nacionales, tres guardias metropolitanos y un fiscalizador. A veces, como ayer, algún policía nacional tiene permiso, está asignado a otra actividad o, sencillamente, está de vacaciones. Así lo indica el policía de tránsito Danny Puruncajas.Este equipo está dedicado a vigilar una zona que se extiende entre el barrio San Roque y el sector de La Basílica. Los policías van siempre unidos y en moto. Los agentes nacionales acostumbran a pararse en la mitad de la calzada, para agilitar el tránsito, con gestos enérgicos. Los metropolitanos, en cambio, se quedan en las esquinas, atentos a las placas, con las manos cruzadas detrás de la espalda. La estrategia de control es sencilla. El operativo empieza en El Tejar, a la altura del ex albergue San Juan de Dios. En esa esquina hay un intenso movimiento comercial y de autos que entran y salen a dejar mercadería. En la intersección de las calles José López y El Placer es donde cae la mayoría de infractores. El policía metropolitano William Analuisa ha escuchado las más extravagantes explicaciones. “La mayoría dice que solo estaba buscando un lugar para estacionarse. Otros dicen que estaban a una cuadrita de salir del perímetro de restricción. La disposición es clara: sanción a la persona que irrespeta la medida”.En ese estratégico puesto se quedan entre 40 y 45 minutos. Luego, habitualmente, se dirigen a la Plaza de Santo Domingo. Esa es otra zona de infracción. El metropolitano Analuisa sabe el porqué. “Generalmente, los vecinos de la Mama Cuchara circulan dentro de su barrio y piensan que no se les va a ver”.Luego, el equipo se traslada a la Plaza Grande y, a veces, hasta La Basílica. De hecho, en la mañana de ayer, en la esquina de la Caldas y Vargas, los vigilantes detuvieron al último de los infractores, 15 minutos antes de que terminara la restricción. Fue el tercer sancionado en la jornada de la mañana. Uno llevaba placas del Guayas, otro dijo que se confundió y pensó que era lunes. El último, Óscar Montoya, se quedó estupefacto y no quiso dar explicaciones. El promedio diario de detenidos en las últimas semanas, en este sector. oscila entre cinco y seis. El fiscalizador tomó fotos de los autos. El policía Puruncajas registró los detalles de los conductores y de las placas. Los carros fueron llevados al patio de retención.