La Policía realiza operativos sorpresa en las paradas del Corredor Sur Occidental. Foto: Cortesía / Agentes de Control Metropolitano
Diego Tituaña perdió su teléfono móvil después de ayudar a una mujer de aproximadamente 55 años que, aparentemente, sufría convulsiones en un bus de transporte de la cooperativa Ecuatoriana.
Cerca a su parada, en el Registro Civil (sur de la ciudad),la mujer cayó al suelo. Empezó a convulsionar y Tituaña se acercó para ayudarla. Él viajaba de regreso a casa, después de retirar a su hija de la escuela.
El usuario recuerda que el bus estaba vacío. Solo había otras dos personas. Al bajar, él se llevó la mano al bolsillo y ya no tenía su teléfono celular. “La señora me sacudía tomándome de la pierna. Nunca se acercó a mi bolsillo. Pero después tomé en cuenta que otras dos personas estaban allí y creo que una de ellas aprovechó para sacarme el teléfono”.
Carolina Carrera también relata lo que vivió. Aún paga las cuotas pendientes del celular que le robaron en una de las unidades de la Ecovía. Meses atrás, viajaba con sus dos hijos y una hermana. El bus que se dirigía al sur viajaba casi vacío. Un chico de no más de 15 años le arranchó el teléfono mientras ella enviaba un mensaje. No pudo reaccionar a tiempo y, cuando las puertas del articulado se abrieron, el ladrón huyó.
Entre enero y septiembre de este año, el equipo de apoyo de la Policía Metropolitana en los corredores de la Ecovía, Trolebús y Corredor Sur Occidental asistió a 535 personas que sufrieron hurtos en esos medios de transporte. Es decir, en promedio, 59 delitos de este tipo ocurren al mes solo en el transporte municipal.
Carola Díaz, subinspectora del Grupo de Ayuda en el Transporte Público de la Policía Metropolitana, señala que la modalidad más utilizada es sustraer las pertenencias en medio del tumulto de gente dentro de las unidades o al ingresar a una de ellas. Los celulares son los objetos que más se reportan en estos hurtos.
Otra modalidad, según los usuarios, es que hay personas que, con el pretexto de vender productos, amedrentan o roban a los usuarios de los buses. Esto ocurre, sobre todo, en las unidades convencionales.
Joham Mejía viajaba en uno de los articulados del Corredor Central Norte. Cuenta que un joven se subió a vender caramelos. Después de dar un discurso sobre su producto, llegó hasta su lado y le preguntó la hora. “Mientras me preguntaba, sentí una mano en mi maleta. Atiné a halarla y la persona que intentaba robarme se vino con todo”.
Esta es una de las razones por las que cooperativas de buses como Catar, Águila Dorada o Vingala no permiten que vendedores ambulantes suban a sus unidades. Ayer 1 de octubre del 2018, en la parada de la av. Amazonas, cinco vendedores buscaban subir a uno de los buses que cubren el trayecto hacia el centro-norte de la ciudad. Entre las 09:00 y las 09:20, solo lograron subirse a cuatro de los 15 que circularon por ese sector.
En cada intento, en los buses de las cooperativas Mitad del Mundo, Águila Dorada y Catar, los ayudantes del chofer les cerraban el paso para evitar que ingresen.
Héctor Guevara, gerente de Catar, dice que no hay una prohibición expresa de las autoridades para prohibir las ventas en los buses. “Como compañía tomamos esta decisión porque hay usuarios que han sido intimidados para comprar sus productos. Eso crea miedo en los usuarios”, asegura.
Para Guevara, la manera de enfrentar esto es regulando ese tipo de comercio. Sin embargo, esa actividad sí está normada y, para obtener permisos de ventas en los buses, la Agencia Distrital de Comercio (ACDC) ha otorgado 233 permisos y credenciales a los comerciantes autónomos.
Mauricio Peña, gerente de la empresa municipal de Pasajeros, señala que desde hace tres semanas iniciaron los operativos con la Policía. Hasta la fecha no hay detenidos por hurtos pero mediante labores de Inteligencia de la Policía se identificó a 35 personas que, por sus antecedentes, se perfilan como sospechosas de este tipo de delitos.
Entre enero y agosto de este año, de acuerdo con los datos del Ministerio del Interior, hubo 4 301 robos a personas. Este Diario consultó con la Policía para saber cuántos de esos tuvieron lugar en el transporte público. Hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta.
Tituaña, dos semanas atrás, fue víctima de otro intento de hurto. En la aglomeración sintió que una mujer metió la mano en su bolsillo. “Esta vez me di cuenta a tiempo”.