Un problema unió a los propietarios de las 22 casas del pasaje 4, en el sector de Turubamba, en el sur de la ciudad. Ellos se organizaron y conformaron un Comité de Emergencia para reclamar el hundimiento de sus viviendas y pedir soluciones al Municipio.
Ellos están seguros que la construcción de un colector a 14 metros de profundidad para descontaminar al río Machángara ha causado inestabilidad en el suelo donde se levantan sus casas.
Mauro Suntuase, por ejemplo, muestra que el segundo piso de su vivienda se desprendió aproximadamente 30 cm de la pared de la casa contigua. La primera planta se está cuarteando.
La vivienda es de sus suegros. Hace 30 años compraron el terreno y luego levantaron la casa. “El cuarteamiento empezó desde el año pasado, cuando comenzaron las obras en el colector”.
El problema también afecta a Mónica Ordóñez, otra moradora. En su casa, con numeración S24-324, con una puerta verde y de tres pisos, ayer no había agua. En el patio hay un canal por donde cruza la tubería.
Eso es parte del cambio de alcantarillado, que es una obra complementaria al nuevo colector. Sin embargo, en el otro frente de la casa ya hay una distancia de 30 centímetros con la pared de la vivienda vecina.
Juan Carlos Cabezas, vecino, ha participado en las reuniones entre los afectados y los funcionarios del Municipio. Allí se ha tratado el tema del hundimiento de las viviendas. Detalla que la Secretaría de Seguridad ofreció hacer un estudio para las soluciones definitivas en las edificaciones que tienen problemas.
Los técnicos de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), explicaron que los hundimientos ocurrieron por el tipo de relleno en el cuál se construyeron las casas, en los últimos 20 años.
Antonio González, fiscalizador de la obra y funcionario de la Epmaps, explica en un plano que el problema surge por ser un piso pantanosos. Hace 35 años, dice González, el sitio era quebrada y luego con el relleno empezaron las construcciones.
Por eso, actualmente, al excavar en una profundidad de 6 metros se puede encontrar agua debajo de las edificaciones. “El problema del hundimiento es por el suelo. No tienen nada que ver las obras con las casas cuarteadas”.
En una vereda de la av. Teniente Hugo Ortiz se puede ver cómo los palos sostienen a una pared que está por caerse.
La obra causa otros problemas. En la av. Teniente Hugo Ortiz, entre la Moromoro y Cusumbaba, los vehículos circulan por un solo carril en sentido sur-norte.
En el frente derecho, frente a la parada del trolebús, se levantaron cerramientos que ocupan la mitad de la vía y de la vereda. Hay dos cercos en una cuadra, que es ocupada por el Registro Civil.
En los tableros metálicos del cerramiento se colgó un letrero donde se puede leer que la obra tiene un año de plazo. Es decir, esa estructura estará allí hasta septiembre. Adentro hay montículos de tierra, piedras, ripio y obreros que bajan por escaleras a las profundidades a construir el colector.
González desmiente el rumor que hay entre los vecinos de 44 viviendas de Turubamba, sobre el supuesto uso de dinamita. “La excavación se realiza con pico”.
El problema de hundimientos también ocurre a lo largo de otras calles como la Maldonado y Morán Valverde. El vecino Cabezas, quien habita en Turubamba desde hace 10 años, cuenta que cuando compró la casa no le advirtieron del riesgo que había.
Ante este problema, los vecinos, el Municipio y la Epmaps resolvieron esperar los resultados del estudio para resolver el tema.
Los moradores de Turubamba también recibieron llamadas telefónicas de habitantes del norte de la ciudad. Ellos denuncian el mismo problema.
En la calle Manuel Serrano, entre la Florida y Juan de Dios, en el norte, según la Epmaps se abrió un hueco por la filtración de agua. En la av. De la Prensa y Zamora también hay molestias.
Teresa de Guachamín asegura que la circulación vehicular se complicó en la calle Manuel Serrano, especialmente en las horas pico. El mismo problema lo afrontan a diario quienes circulan por la calle Zamora. En este sector hay filtraciones de agua y malos olores, según Roberto González. Ayer tenían previsto reunirse con funcionarios municipales.