14 familias fueron evacuadas de la zona de Chilibulo. A ocho viviendas las calificaron como inhabitables, por lo que sus propietarios no podrán regresar a las mismas. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
La tarde del jueves 28 de enero, una pala mecánica rellenaba el socavón en donde cayó un vehículo blanco el lunes. Al depositar la tierra, un equipo de cuatro personas la acomodaba para compactarla. Estos son los trabajos que se realizan en Chilibulo, un barrio en el sur de Quito que tiene afectadas 14 viviendas por hundimientos de tierras.
La Dirección de Gestión de Riesgos del Municipio realizó la evaluación de 41 casas en la zona. De este número determinó que 14 fueron afectadas en diferente escala por los hundimientos. A 8 viviendas los propietarios no podrán regresar porque fueron calificadas como inhabitables por los severos daños estructurales que presentan.
Alejandro Terán, director de Gestión de Riesgos, señaló a este Diario que se socializó con los moradores un plan de reubicación al que podrán acceder las familias que tengan bajos recursos económicos. Aún no se conoce el número de propietarios que se acogerán a este beneficio.
Terán también puso punto final al rumor que existía sobre el origen del problema. Unos vecinos dijeron que por la zona afectada pasaba una quebrada que fue rellenada de manera antitécnica. Otros se aferraban a la idea de que esa zona era una cantera que dejó de funcionar hace más de 70 años.
Según los resultados que se obtuvieron tras dos estudios de suelo, se determinó que debajo de las calles Huaca, Pablo Alvear y pasaje Tarqui hay vestigios de cavernas producidas por extracción de arena. Ese material sirvió para la construcción de decenas de barrios que se expandieron hacia el sur de Quito.
Los aguaceros que se produjeron a desde octubre del año pasado y tomaron mayor fuerza en este enero arrastraron el material que estaba colocado en estas galerías lo que evidenció las fallas en el suelo.
En el pasaje Tarqui cuatro familias no han dejado el lugar. Tienen la esperanza de que se de una solución al problema de la tierra. Mientras esto sucede, siguen los estudios. Por ejemplo, la Empresa de Agua Potable de Quito operó dos robots que entraron a las alcantarillas de Chilibulo para descartar filtraciones o roturas de tuberías. Las pruebas se expandirán a otras zonas del barrio que no han presentado signos de ser afectadas.