Apenas con 14 días de nacida, una tigrilla fue encontrada sola entre el humo, cenizas y el calor, producto del incendio forestal que se registró en Pallatanga, a finales de agosto. Su corta edad y la afectación por el siniestro condicionaron gravemente su vida. Casi sin aliento y con débiles latidos, los bomberos la sacaron del bosque y la llevaron al Fondo Tueri Ayuda Fauna Silvestre, de la Universidad San Francisco de Quito.
Desde enero de este año, un grupo de médicos veterinarios y estudiantes formaron esta organización para atender gratuitamente a los animales silvestres que son encerrados, víctimas de maltratos y desastres naturales.
Durante la emergencia que rige en el Distrito, el personal médico del Fondo Tueri atendió a tres animales que fueron rescatados de las llamas. Entre ellos, la tigrilla, un conejo y un pájaro mirlo. El conejo fue el que más grave llegó a la clínica. Presentó quemaduras de primer y segundo grados. Según el doctor Fernando Paredes, quien lo recibió, el animal murió durante la atención inicial. “Su condición fue muy crítica. Las quemaduras cubrían más de 20% de su cuerpo”.
Los incendios han afectado a la reserva Pasochoa, a las cercanías del Pululahua y a bosques de eucalipto, pino y ciprés, principalmente. Allí se encuentran especies como el búho terrestre, las zarigüeyas, la lagartija guagsa, la culebra falsa coral (blanca con rojo y no venenosa), cuyas madrigueras están en el suelo. También insectos como escarabajos, arañas y avispas. Con respecto a las aves, hay especies como el gavilán de espalda roja, tórtolas de pico pequeño y colibríes. El fuego, además de quitarles su hábitat, afecta a la cadena trófica o de alimentación, porque no tendrán qué cazar para alimentarse.
José Antonio Campaña es miembro del Fondo Tueri desde sus inicios. Él contó que los animales a los que han atendido en la emergencia son los más vulnerables. “En esas reservas o bosques también se encuentran aves rapaces que son capaces de salir cuando se inician las llamas, pero no siempre pueden rescatar a sus crías. Los otros animales no pueden escapar”.
Campaña también recordó los testimonios de los rescatistas que trajeron a la tigrilla, en su lucha por aplacar el fuego encontraron en su camino los cadáveres calcinados de 10 zarigüeyas y ocho osos de anteojos.
El oso de anteojos (tremarctos ornatus) es una especie que está en peligro de extinción propia de los Andes, y el único oso verdadero de Sudamérica. En el Ecuador se estima que su población es apenas de 2 018 individuos.
Actualmente, Gabriela Cadena, de 22 años, realiza sus pasantías en el Fondo de Rescate de Animales Silvestres. Ella comentó que el pájaro mirlo llegó con quemaduras en las alas y el pico. “Es difícil darles oxígeno a través de las mascarillas. Lo colocamos en cajas de plástico que están adecuadas con mantas y tienen agujeros para respirar sin contaminarse”.
Los tres animales tenían corta edad. Por más de 15 días, la tigrilla recibió atención especializada. Dos personas hacían turnos cada dos horas para alimentarla. Cadena contó que también recibía estimulación. Además, los doctores cuentan con una lengüeta que simula a la de la madre de la tigrilla.
“Las acciones para salvarla fueron meticulosas y coordinadas, pero era tan pequeña que no abría los ojos. Los primeros días subió de peso y su condición se estabilizó. Pero, lamentablemente, era muy pequeña y murió después de 15 días de atención”.
Campaña aseguró que los miembros del Fondo Tueri, bajo coordinación de los rescatistas, acompañan a los incendios para dirigir su atención a salvar a animales que estén amenazados por el fuego. “Los bomberos no pueden dedicarse a rescatar animales cuando hay una emergencia tan grande. Hemos coordinado, para nosotros atender y rescatar a los animales silvestres”.
Actualmente, el personal médico de la institución tiene cinco pacientes. Dos monos de tipo saimiri y chichico, que fueron rescatados de viviendas particulares donde los tenían encadenados y sin alimentación. El mono chichico se recupera de una fractura en la mano. Los otros tres animales son aves: un canario australiano, una paloma y un gorrión.
El Fondo está integrado por 10 médicos veterinarios, también hay especialistas cirujanos y de consulta externa, pasantes y estudiantes de veterinaria.
Más información
Rescate. Si encuentra algún animal silvestre afectado por los incendios forestales, maltrato o que está encerrado escriba a tueri@usfq.edu.ec; en Twitter: @Tueri_USFQ. O comuníquese al teléfono 297 1885.
Financiamiento. El Fondo Tueri se financia con donaciones. Además, allí trabajan voluntarios y estudiantes de la Universidad San Francisco.
Denuncias. Si conoce sobre animales exóticos o silvestres que se encuentren en situaciones de riesgo o maltrato, contáctese con el Ministerio de Ambiente o Secretaría de Ambiente.