Carolina Báez fue elegida como Reina de Quito el 20 de noviembre de 2014. Foto: Julio Estrella / El Comercio
A un día de entregar su corona, Carolina Báez, actual reina de Quito, no puede esconder la nostalgia por dejar este espacio. Aunque durante este año tuvo experiencias negativas, admite que cumplió con los objetivos que se planteó desde el día que la eligieron (el 20 de noviembre del 2014) y, sobre todo, por haber aportado a la equidad de género en la ciudad.
Cada reinado tiene una temática distinta y durante el suyo, fue la violencia contra la mujer, ¿con qué espacios de la población interactuó?
Mi proyecto Unidos por el respeto mutuo contó con varios segmentos que tuvieron como fin prevenir la violencia que sufren 7 de cada 10 mujeres en el Ecuador. Dimos charlas a
7 000 estudiantes de diferentes colegios, visitamos cerca de 20 barrios en el sur de la ciudad y trabajamos junto a Miss Ecuador y otras reinas para empoderar a las mujeres. Logramos que Rosario Ibarra, una de las participantes del programa, sacara adelante su negocio; hoy tiene un restaurante vegetariano llamado Timbushka. La idea es continuar con estos emprendimientos dentro de la Secretaría Metropolitana de Inclusión Social. Por eso, puedo decir que fue un año positivo.
Situaciones de violencia y violencia de género son temas complicados, difíciles de abordar por su impacto.
El tratar con estas personas es muy fuerte, debes saber hasta qué punto ser empático o sentir lo que el otro está sintiendo, porque te drena toda la energía; pero, al mismo tiempo, es necesario ponerte en sus zapatos para saber cómo ayudar. Fue difícil recaudar fondos, no es tan fácil como tocar la puerta y decir: “Hola soy la Reina de Quito”. Por supuesto que hay una credibilidad detrás de la Fundación, pero siempre está el reto de arrancar una campaña y no saber por dónde empezar. Cuando haces las cosas de corazón, el camino se va pavimentando solo, pero hay siempre obstáculos que no se pueden controlar.
Utilizó mucho las redes sociales para difundir sus actividades y el trabajo de la Fundación, hubo buena respuesta en estos espacios.
El tema de las redes sociales me ayudó mucho para comunicar mi gestión, porque es algo que antes no existía. Pero, cada año ha tenido su temática y se ha realizado un trabajo distinto.
Durante mi gestión logré darle luz y voz a la problemática de la violencia a través de grafitis, exposiciones de fotos en el bulevar de las Naciones Unidas, auspiciando a una corredora de autos y al tener presencia en actividades deportivas. Prometí sudar la camiseta desde un principio, trabajar incansablemente y dejé mi vida personal a un lado, para dedicarme a este voluntariado.
También fue un reinado con experiencias negativas.
Sí, me robaron hace como dos meses. Yo estaba haciendo obra social, irónicamente, junto una iglesia en El Tejar. Salí y estaba la ventana del carro en el piso y mis cosas ya no estaban dentro del auto. Pero esto no me detuvo en mi labor. Por el contrario, al defender la no violencia durante mi período, me empoderé más del tema y, ahora que ya fui la víctima, me dio ira, indignación y ganas de seguir luchando para combatir el problema. Me donaron otra banda enseguida, pero la pena siempre queda.
¿Esa inseguridad se visibilizó por ser la Reina?
No me deben dar la atención porque me paso a mí, sino porque es algo que los quiteños vivimos todos los días. Cuando me pasó a mí, aproveché para alzar la voz y para que la gente sepa que tiene que andar con cuidado.
Para proyectos sociales, un año es poco tiempo, ¿qué quedó pendiente?
Siempre está la impotencia de no poder ayudar a todas las personas. Ser reina implica un horario 24/7 de trabajo, entrevistas, eventos y cosas que muchas personas no saben. Pero, me enfoqué en mi proyecto de género y en las actividades que realiza la Fundación Reina de Quito para apoyar al Centro Terapéutico Aprendiendo a Vivir, que atiende a 150 niños con síndrome de Down.
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¿Cuáles son sus planes desde mañana?
He sentido mucha nostalgia, he llorado, pero la motivación es continuar trabajando con la Fundación. Quiero descansar un poco, ir a la playa y retomar mi vida personal. También, quisiera empezar a escribir un libro sobre mi papá, que falleció hace 5 años. Voy a buscar una maestría en negocios o emprendimiento, pero que la vida tome el rumbo que deba tomar.
Mañana elegirán a su sucesora, ¿cuál sería el principal consejo para quien le sucederá en el reinado?
La reina no es alguien que solo gana un concurso de belleza. Debe tener compromiso y pasión por su proyecto. Aunque existan días de hospital o enfermedad, debe acordarse del propósito. Debe tener valentía para afrontar las críticas, porque nada de eso son excusas para detenerse.