Carlos Veloz no vio circular su libro

Carlos Veloz, el acuarelista de Quito, no pudo asistir a la presentación de su libro ‘Quito Patrimonio de la Humanidad’. Mientras el auditorio del Centro Cultural Metropolitano se llenaba de familiares y amigos suyos; y de otras personas vinculadas al arte y a las letras, él afrontaba las dolencias de su enfermedad en un hospital.

Su ausencia hacía presagiar malas noticias. La expectativa se diluyó hasta que su hijo, Esteban, subió al estrado y anunció que el autor estaba delicado de salud. Cinco horas después, Carlos fallecía. El arquitecto y acuarelista, de 62 años, había pedido que, por lo menos, le llevaran cinco minutos a la presentación de la obra. No fue posible por su evidente deterioro de salud.

El quebrantamiento se agravó después de que asistió a la sexta sesión de quimioterapia. “El doctor nos dijo que ya no quedaba rastros del cáncer. Pensamos que íbamos a llegar a las ocho sesiones como estaba previsto, pero no aguantó”, contó su hijo Santiago.

En los últimos días, el artista insistía en que quería ver la puesta en escena de la presentación de su obra y se esforzaba para levantarse de la camilla. “Pensamos que se iba a mejorar”, añadió su hijo Santiago.

En el estrado, Esteban resaltaba el esfuerzo, dedicación y pasión de su padre por el arte. El reflejo de esa entrega es el registro de paisajes y rincones quiteños. “Espero que ustedes disfruten de estas acuarelas, tanto como mi papá disfrutó haciéndolas”.

Alfonso Ortiz fue amigo y editor del libro. Contó que coordinó con Veloz la presentación y el envío de las invitaciones. Él estaba convencido de que la tenacidad del arquitecto le iba a ayudar a superar el doloroso cáncer.

Inicialmente, estaba previsto que el libro se presentara en el 2010, como parte de la agenda ‘Quito Capital Americana de la Cultura’, pero en ese año no se concretó y se postergó.

“Era uno de sus grandes sueños, tenía mucha ilusión por el libro, él se enfrentaba permanentemente a la inoperancia de la burocracia y a la indiferencia de empleados públicos que no veían cuál era el sentido de la obra ni la calidad del personaje”, explicó Ortiz.

A la ceremonia asistieron amigos del artista, compañeros del coro donde también fue reconocido por su voz.

Las canciones de sus antiguos compañeros dedicadas a él por su trayectoria y su personalidad fueron la tónica de la noche.

Ahí estuvieron los amigos de años del acuarelista, fue un programa muy emotivo donde todos pudieron apreciar las obras que durante tantos años las hizo con pasión y cariño por la ciudad”. Así se cerró el último capítulo de la vida de Carlos Veloz Von Reckow.

Su obra se expone

El libro ‘Quito Patrimonio  de la Humanidad’ está   dividido en seis secciones: atrios, patios y plazas; barrios, calles, escalinatas; y Quito moderno y alrededores. También hay 101 dibujos pintados con acuarela. En el Centro Cultural Metropolitano  se abrió una exposición con sus cuadros.    

“El libro no solo  es un homenaje a la ciudad, es un homenaje también al peatón desconocido que camina por la ciudad, y que si tiene un poco de sensibilidad puede captar y admirar los rincones  como lo ha hecho este gitano de la acuarela, al mostrar escenarios urbanos que son únicos y que se nos van desvaneciendo porque es difícil llegar a ellos”, dijo Luis Oña, en la presentación de la obra.

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