Para mí la cancha es el lienzo donde pinto porque el arte es un juego. El arte tiene una parte lúdica, divertida. Busco experimentar, divertirme, como cuando era niño. A esa edad no se busca impresionar, solo hacer cosas bonitas. Cuando creces, sueles seguir convencionalismos. Yo prefiero mantenerme alejado de estos. Mezclar los colores y colocarlos sobre el lienzo no es un esfuerzo, sino un placer.
Al deporte se lo suele relacionar con competencia, pero también se lo practica por diversión. Poner los colores en los espacios correctos también puede compararse con una cancha. Allí cada jugador tiene que estar en un sitio adecuado para que haya equilibrio. Esa es la composición de una obra de arte.