Uno tras otro llegan los caseros al local de Alexandra Sambachi. En fin de año, su puesto es de los más concurridos en el mercado de Santa Clara.
La gente se acerca a pedirle curas de espanto, hierbas para baños purificadores y para atraer buenas energías. Estos últimos son de los más solicitados para hacerlos el 31 de diciembre. La clientela abunda. Por eso, Sambachi tiene su ayudante personal, Carmen Colcha ayuda.
En Quito, el uso de hierbas medicinales es una tradición. Las personas las compran para aliviar ciertos males de la sangre, del corazón, del estómago…, pero conforme llega el fin de año, esas plantas adquieren un significado y propiedades distintas.
Sambachi dice que en esta época, lo que más compran sus clientes nuevos y antiguos son las hierbas para el baño de prosperidad, las velas de distintos colores y el champán esotérico preparado.
Un atado de hierbas cuesta USD 1, al igual que las esencias y los paquetes de velas naranja, verde, roja, amarilla, violeta, azul y rosada. Cada color atrae algo distinto: amor, dinero, éxito, claridad mental, prosperidad, etc.
El paquete de hierbas amargas tiene ruda, santa maría, chilca, eucalipto… Sambachi explica que bañarse con el resultado de la infusión de estas hierbas es un ritual de despojo y de limpieza, para sacar todo lo malo.
Después se debe realizar un baño con hierbas dulces, como cedrón, lavanda, malvarrosa, hierbaluisa… para atraer a las energías positivas. Hay esencias que se pueden agregar para pedir trabajo, dinero, amor, salud… Las posibilidades son infinitas.
En Quito también hay otras formas de atraer cosas positivas, como el feng shui. Fascia Ulloa lleva 12 años como consultora en el área. Ella asegura que “el 99% de los quiteños no pide salud, solicitan riqueza, trabajo, relaciones, pero no salud”. Explica que la mayoría de gente que busca rituales para el último día del año quiere prosperidad, relacionada al dinero. Según dice, esto es un error, porque la prosperidad llega con la suma de la salud, la inteligencia…
Pero Ulloa afirma que su trabajo va más allá de un ritual específico. Se trata de una filosofía que busca formas para vivir bien, en armonía. Es más bien un aprendizaje constante, por lo que tiene clientes que la visitan periódicamente, desde hace 12 años.
Cuando alguien acude a ella le indica que se trata de un proceso largo de visualización, que incluye los colores en la vestimenta, el orden de los objetos en la casa, entre otros aspectos.
En diciembre, lo que ocurre según Ulloa es que los rituales se vuelven masificadores, porque es una época de renovación de intenciones que contagia a todos.
La gente, con o sin rituales de por medio, entiende el fin de año como un cambio de ciclo. “El ritual es emanar toda la fuerza y la energía interior”, explica. Pero la vida se trata de acciones.
Otro hecho común en los quiteños es acudir en búsqueda de recetas instantáneas. “Muchos quieren un baño, un amuleto o lo que sea, pero para ahora, para ya… Hay cosas que se pueden hacer así, pero es antiético. Si se realiza algún trabajo de ese tipo, a largo plazo va a ser peor para los involucrados. Por eso nosotros lo que hacemos es concienciar a la gente sobre lo que pide y cómo lo pide”, explica Silvia Gándara, quien practica la creencia wicca, de origen anglosajón. Esta se basa en los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire. Gándara la ha adaptado a la tradición andina.
Gándara coincide con Ulloa en que lo que más piden los quiteños para el año venidero es dinero. Pero al ser consultada conversa a profundidad con las personas, para analizar qué es lo que en verdad necesitan. Lo primordial, según ambas expertas, es lograr un equilibrio en todos los aspectos de la vida. Si no hay salud ni buenas relaciones, por ejemplo, el dinero no necesariamente significa una auténtica prosperidad.
Las ventas, en tanto, en Santa Clara -como en otros mercados- cambian al final de cada año. Luego de las guirnaldas, los árboles y los pesebres llegan el incienso, las velas, las tangas amarillas, las uvas, entre otros.
También es tiempo de balances, de renovar intenciones y metas para el futuro. Los rituales son formas de atraer energía positiva para iniciar un nuevo ciclo y en Quito hay varios sitios para aprender. Sin embargo, las expertas dicen que el primer paso es creer en uno mismo.
Unas ‘recetas’
Para la limpieza se recomienda hervir hierbas amargas (ruda, santamaría, eucalipto…) con tres limones grandes y luego tomar un baño con la infusión.
Luego se debe tomar un baño para la energía positiva, con hierbas dulces (lavanda, cedrón, hierbaluisa…). Se puede agregar especería y esencias.
A medianoche, se debe prender velas naranja, verde, morada, roja, amarilla, rosada y azul. Cada una tiene un efecto.
Para un buen inicio Durante el día, es importante limpiar y ordenar la casa, no dejar ropa sucia en el cesto y llenar los recipientes de alimentos. También es recomendable surtir la refrigeradora. Así, en todo el año venidero habrá prosperidad.
Tener flores o semillas de árboles, agua o champán, incienso y velas, que representan tierra, agua, aire y fuego. Preparar un centro de mesa. Encender las velas y el incienso pasada la medianoche. También se puede poner alimentos.
Los clásicos, mejorados El ritual de correr con una maleta alrededor de la manzana no debe hacerse con esta vacía. Debe ponerse un pasaporte, ropa y todo lo necesario para un viaje. Esta es la forma correcta de hacerlo, para lograr lo deseado.
En un plato de cerámica colocar ocho granos de arroz, seis uvas verdes y seis negras sin pepa. Con las negras, se pide deseos en lo afectivo. Con las verdes, el éxito. Luego de cada uva, es importante dar un abrazo. No es necesario que sea a las 00:00.