Bulevar Gran Colombia es el primero que se hizo como parte de las intervenciones urbanísticas en los alrededores de las estaciones del Metro. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Son aceras más amplias de lo normal. Están destinadas a facilitar la movilidad de los peatones y hay no menos de 15 en Quito. Son los bulevares y su construcción cambia la cara de los lugares en los que se ubican.
Jeanneth Peña tiene un local comercial en la esquina de las calles Gran Colombia y Gándara (Alameda). Su negocio ya tiene siete años. Ella vio el cambio que significó el inicio de la construcción del bulevar, los problemas cuando se cerró el paso vehicular y ahora la nueva imagen.
Peña cuenta que el bulevar de cuatro metros de ancho permite a más gente caminar por ese sector. Además, ya no reciben el esmog de los vehículos que antes pasaban más cerca de las edificaciones.
Esa obra fue parte de los trabajos de intervención urbanística que se hacen alrededor de las 15 estaciones del Metro de Quito. Bajo ese bulevar se construye la parada Alameda.
En otro punto, en el Centro Histórico de Quito, está uno de los más recientes bulevares: La Guaragua. Esa fue una obra de regeneración de una de las calles tradicionales de Quito. El objetivo fue convertirlo en un espacio con propuesta cultural. Para eso se adecuaron las fachadas de las casas, se cambió la plataforma del suelo y se lo iluminó con figuras hechas con luces LED.
En la avenida Naciones Unidas, en el norte de Quito, se ubica otro bulevar, uno de los primeros que se construyó en la ciudad. Allí, la gente camina a sus anchas en las aceras norte y sur. Para Catalina Herrera, peatón, es uno de los que mejor mantenimiento tiene y en el que suelen encontrar propuestas para visitar.
Estas veredas más anchas tienen el propósito de recuperar el espacio público y fomentar la caminata. Al menos ese es el concepto con el que se los construye, según Jacobo Herdoíza, secretario de Territorio, Hábitat y Vivienda del Cabildo. La edificación de un bulevar, dice, no solo implica mejorar las aceras, soterrar cables y colocar mobiliario público.
“Es una decisión de política pública para volver más seguro el desplazamiento a pie en la ciudad”, señala el funcionario.
Al ser una política pública, el Municipio ya planifica una segunda fase de construcción de bulevares en la ciudad que estarán vinculados también a las 15 estaciones, que incluyen el Metro de Quito.
Para esto hay una planificación. La fase arrancará con el bulevar de la estación multimodal La Magdalena, ubicada en el sur de la ciudad.
En ese punto habrá una intervención más amplia, que estará en un radio de 400 metros alrededor de la estación. Entre las obras previstas están la reducción de velocidad para pacificar ciertos tramos de vía y se ampliarán las aceras de la avenida Rodrigo de Chávez. “La nueva fase en la construcción de bulevares involucrará conectar las estaciones para vincular a los peatones con el transporte público”, comenta Herdoíza.
Sin embargo, el correcto uso de los bulevares también enfrenta desafíos. Actualmente, un problema detectado es el incremento de las ventas informales en puntos como Cotocollao, Solanda y en la avenida Naciones Unidas.
El alto flujo de peatones hace de esos puntos un lugar atractivo para el comercio y, por eso, el Municipio intenta controlar las ventas que no cuentan con un permiso de operación.
De acuerdo con la Agencia Metropolitana de Control (AMC), ninguna venta está permitida en los bulevares. Esto porque son espacios recuperados para la circulación peatonal.
Sin embargo, para enfrentar el problema se entregan permisos específicos teniendo en cuenta el espacio y el que la oferta esté acorde con los lugares para no saturarlos.
Según Alejandra Molina, directora Metropolitana de Inspección de la AMC, las primeras acciones se tomaron en Solanda. Allí se incrementó el control y se colocaron vallas en las aceras para impedir que vendedores autónomos instalen sus productos.
En lo que va del año, la AMC ha realizado 2 039 operativos de control del buen uso del espacio público. En ellos se cuenta la intervención en los bulevares y aceras. Estos controles se reforzarán en la temporada navideña pues las ventas ambulantes se incrementan en el norte, centro y sur de Quito.