La llamaban el ‘tontódromo’ de Quito. Era una avenida muy transitada y llena de negocios y ventas informales. Quiteños y turistas paseaban por ella, desde la av. Patria hasta la Colón. El 14 de julio del 2008, el Municipio inició la intervención en la avenida Amazonas, que estuvo a cargo del ex Fonsal.
Las veredas de cemento se uniformaron con adoquines ornamentales y jardineras. Se restauró el pavimento y en ciertos tramos se colocó más adoquín, para ampliar los paseos peatonales. La obra, que contó con una inversión de USD 400 000, fue inaugurada el 19 de septiembre del 2008.
fakeFCKRemoveA la altura de la calle Jorge Washington se construyó la plaza De los Presidentes, al pie del Centro Comercial Espiral. A lo largo de la avenida hay árboles y las jardineras están llenas de plantas ornamentales. Los cables se enterraron y hay iluminación hacia la calle y hacia la vía. La mayor parte de informales salió de la vía.
Pero entre los dueños de los locales, la conformidad no es total. Olga Tutaquiza tiene un puesto de venta de dulces cerca de la Patria. Lleva 10 años trabajando ahí, pero cree que en los dos últimos el negocio ha decaído, para ella y para los miembros de la Asociación La Mariscal.
“Quedó más bonito, pero no hubo mejoría para nosotros. Desde que hicieron esto, pusieron un mercado artesanal y los turistas ya no vienen casi para acá. Antes había más gente”, dice.
El Mercado Artesanal ocupa una manzana en la calle Jorge Washington, entre Reina Victoria y Juan León Mera. Los ambulantes de la Amazonas fueron a ese espacio. Aunque ahora la avenida luce más ordenada, hay quienes se sienten afectados.
La dependienta de un almacén de artesanías cerca de la 18 de Septiembre, que prefirió no revelar su nombre, comenta que cuando les hablaron de la intervención, el Municipio se comprometió a organizar actos culturales a lo largo del bulevar. Eso quedó en ofrecimiento.
“Aquí había más vida antes del bulevar. Mucha gente caminaba por la acera y era más fácil el ingreso en vehículo”.
Otra cosa que se ofreció mejorar en el sector fue la seguridad. Según Martha Aldaz, quien tiene un quiosco cerca de la Cordero, sí hay más presencia policial. Coincide con otros vendedores en que aún hay niños que aprovechan el descuido de los turistas para quitarles celulares y cámaras.
En la plaza De los Presidentes y en sus alrededores es donde más gente se ve. Desde la semana pasada, ahí está instalada una feria artesanal, que permanecerá hasta el 12 de febrero. Además, funciona un café-restaurante que atrae a los turistas y a los paseantes. En otros puntos, como en Comida Manabita, en la calle Roca, también hay movimiento.
A la altura de la Carrión hay un local de comida rápida. Luis Reyes ya trabaja allí 23 años y también ha visto disminuir a la clientela. En este sector se ha sentido un cambio, según él, por la variación en la circulación vehicular.
Antes era doble vía, pero ahora los vehículos solo circulan en sentido norte-sur. Reyes afirma que antes la gente se detenía a comprar papas o hamburguesas mientras esperaba el bus, pero ahora la cantidad de personas que pasan por la calle es menor. “Algunos restaurantes cerraron con el tiempo, por ese motivo”.
Por ahí paseaba Heidi, una canadiense que pasa tres meses al año en Quito, para evitar el invierno de su país. La mujer se hospeda en la calle Páez, y cree que la contaminación es un gran problema en el sector. Para ella, la solución sería que los buses a diésel se cambiaran por eléctricos, como ocurrió en Toronto.
Ahora, el Municipio ejecuta la construcción de bulevares en las avenidas Colón y Naciones Unidas. El propósito es generar más seguridad y ofrecer otra alternativa para los turistas.