Uno de los propósitos con el que el Municipio construyó el bulevar de la avenida José María Alemán (La J), en el sector de Solanda, en el sur fue priorizar la circulación de los peatones.
El proyecto ensanchó las aceras y en la calzada se redujo a dos los carriles de tránsito vehicular.
Sin embargo, la circulación de los peatones se dificulta por los obstáculos que a diario deben sortear quienes visitan este tramo de la av. José María Alemán.
El pasado viernes, en cada esquina hubo aglomeración de basura sobre las aceras. Las montañas de fundas dificultaron el paso de la familia Carrión. Laura Cando caminó junto con su esposo y sus dos hijos en búsqueda de algunas películas para verlas durante el fin de semana.
Cando comentó que los viernes hay más concurrencia de personas en este sector. “Por ser inicio de fin de semana, se viene a comer en familia, los jóvenes llegan a los locales de diversión como las discotecas, bares y karaokes”.
La familia inició su vista al bulevar, en la intersección con la calle Simón Guerra. En cinco cuadras los amontonamientos de basura y las personas que realizan la clasificación de la misma les obstaculizaron el paso.
Manuel Ríos trabaja de reciclador, desde hace cuatro años. Él y su esposa clasifican la basura de esa zona hasta Chillogallo. Vestido con una gruesa chompa y una gorra de lana abría las fundas y separaba el papel y el plástico. Los empaques ocupaban la mitad de los 2,80 metros de acera.
Carmen Paredes, otra moradora, tuvo que caminar junto con su madre por la calzada.
El sector es comercial. A partir de las 18:00 los negocios de alimentos (restaurantes, heladerías, panaderías, cafeterías), la venta de ropa, discos, juguetes, electrodomésticos, entre otros, son la principal imagen que se muestra en los 1,2 kilómetros del bulevar.
En las bases de las jardineras y en las bancas de madera se reúnen algunos jóvenes del sector a conversar y decidir a qué sitio ingresar. Para Paredes, estas reuniones también representan un obstáculo para los transeúntes. “Son grupos grandes, forman un círculo y limitan el paso de las demás personas”, aseguró.
Tres cuadras más al sur, el inconveniente para los visitantes y moradores es el parqueo indebido de motocicletas. En la esquina de la intersección con la Ajaví, permanecía sobre la acera una moto.
Como parte del proyecto de rehabilitación de la calle, las gradas y desniveles fueron retirados. En las esquinas, las rampas se ampliaron para facilitar el acceso a personas con movilidad reducida. Sin embargo, hay conductores que al realizar giros circulan sobre las rampas de acceso peatonal generando riesgos.
Los problemas de movilidad también son para los conductores. La calle es de dos carriles y en un lado hay una fila de carros. Según Luis Melo, dueño de una panadería, no hay parqueaderos.
La rehabilitación
El proyecto del bulevar costó USD 2 400 000. Participaron 25 técnicos y 200 obreros lo ejecutaron en un año. La obra de 1,2 kilómetros de extensión fue entregada a la comunidad el 31 de agosto del 2011.
Las etapas: En la primera se mejoró las aceras y se construyó una plaza comercial, de 4 000 m². Ahí, 101 comerciantes fueron reubicados en locales. En la segunda fase se trabajó en la colocación del mobiliario urbano (bancas y jardineras) en la calle J.