En la intersección de las calles Carlos Larrea y Calle 10, en el barrio La Delicia, al sur, un montículo de desperdicios permanece desde la mañana del lunes último. Los perros callejeros del sector hurgan en esa basura acumulada
Griselda Serrano tiene un negocio de venta de artículos de belleza a una cuadra de esa esquina. Ella dice que el camión recolector de basura no pasa por esas calles que son transversales a la avenida Martha Bucaram. “Solo va por la avenida principal”.
Por este sector, según los adhesivos que en julio colocó el Cabildo en las puertas y paredes de las casas, el carro recolector debe pasar los lunes, miércoles y viernes entre las 07:00 y las 14:00.
“Unas veces viene, otras veces no”, dice la quiteña que al pasar por el montículo de desperdicios se lamenta y pide atención.
A pocas cuadras de ahí, en la misma Calle 10 y Pedro Castillón, Alicia Alvarado limpia con una escoba la vereda de la puerta de su casa. Se enorgullece cuando dice que la cuadra en la que vive es la más limpia del barrio y que lo que sucede en la esquina de la Carlos Larrea no sabe a qué se debe. Luego de que termina de barrer recoge los desperdicios y los pone en una funda que la deja en la esquina. “Ya mismo pasa el carro de la basura”, dice, y regresa a su vivienda.
Alvarado explica que sí tomó un poco de tiempo acostumbrarse a los nuevos horarios de recolección de la Empresa Metropolitana de Aseo (Emaseo). “ De a poco nos acostumbramos a las nuevas horas para sacar la basura”.
Desde el 1 de julio pasado la empresa Quito Limpio dejó de recolectar la basura en el centro y sur de la ciudad. Desde ese día la Emaseo asumió esa competencia en esas zonas.
La imagen, a casi dos meses de ese día, es distinta en el sur de la urbe. Las calles principales, como la Ajaví, en Solanda, ya no lucen como a inicios de julio con montones de basuras en las esquinas.
Genaro Armendáriz habita en esta zona. Él dice que ya se acoplaron a los horarios de recolección en esta parte del sur de Quito.
“Hay ocasiones en que el carro no llega y la basura se queda en la vía, pero es un retraso de un día”.
Raúl Tayupanta vive en el barrio La Merced. Su calle no tiene nombre, pero está a unas seis cuadras de la avenida Martha Bucaram. Desde que Emaseo asumió la competencia de la recolección, por su calle no pasan los carros que recogen los desperdicios, dice el vecino. “Debe caminar las seis cuadras y dejar la basura en la Martha Bucaram”, protesta Tayupanta, indignado.
Ayer, a las 11:30, en la calle Camilo de Orejuela, fuera el Camal Metropolitano, los perros hurgaban en montones de basura .
Otro vecino del sector, Ulpiano Rosero, explica que por este sector llega puntual el recolector. “A las 12:00 ya debe pasar”.
La basura acumulada era la que sacó la gente l mañana de ayer, pero los perros la esparcieron.