Ayuda ciudadana para los vulnerables en Quito

Mejía Solidario es una agrupación de exalumnos del Colegio Mejía de Quito, cuyo objetivo es el voluntariado. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Frente al humo que sale de la parrilla están tres hombres. Son las 19:00 del martes 9 de noviembre y Javier Castellano, Luis Duta y Jorge Trujillo alistan la comida que repartirán a personas en situación de calle.
Los tres integran Mejía Solidario, un grupo de amigos egresados del tradicional colegio de Quito que todos los martes, desde hace dos meses, se dedican a repartir comida a personas que viven en la calle.
Trujillo es el coordinador. Comenta que todo hacen con autogestión. Desde el fin de semana se ponen de acuerdo en qué podría donar cada uno de los 70 integrantes. El martes pasado, por ejemplo, el plato incluyó chuletas que fueron donadas por uno de los egresados del colegio.
Una de las motivaciones del grupo fue la crisis derivada de la pandemia por el covid-19.

Trujillo comenta que en los últimos meses se ha encontrado con más personas, sobre todo migrantes que se apuestan en la calle sin la posibilidad de tener recursos para una comida. “En el último mes, nosotros hemos contado al menos 1 000 personas más en las calles que recorremos”.
Cada martes este grupo entrega un promedio de 150 platos que incluye una proteína, arroz y ensalada.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), entre julio y septiembre de este año, la tasa de desempleo fue 11,5% en Quito.
Además, la tasa de participación global, que muestra la relación porcentual entre la población económicamente activa y la población en edad de trabajar, se ubicó en el 64,4%.
En el mismo rango de tiempo, el 45,6% quiteño en edad de trabajar cuenta con un empleo adecuado, un incremento mínimo respecto al 45,2% que se registró en el segundo trimestre de este año (abril-junio). Entre julio y septiembre, el subempleo se ubicó en 22,6%.

Esta realidad ha movido la voluntad de personas e instituciones para ayudar. Por ejemplo, un grupo de voluntarios del Pastoral Social Santa Ana de Nayón ayuda a las personas que viven en las calles de la parroquia y en el Centro Histórico.
La Fundación Entrega también se dedica a proveer comida a personas en situación de calle. Mientras que la Fundación Museos, del Municipio de Quito, intercambia comida por entradas a sus lugares de exposición y eventos.
Trujillo espera que la ayuda cada vez tenga que ser menor. Dice que es doloroso ver a tantas personas en las calles en busca de apoyo. El martes pasado, su grupo recorrió el Centro y sur de la ciudad hasta cerca de las 00:00.