Con el cambio del color del semáforo epidemiológico en Quito, cada vez más limpiaparabrisas salen a las calles. Los conductores piden que aumenten los controles. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
Desde que se implementó el semáforo amarillo durante la emergencia sanitaria del covid-19, hace una semana, cada vez es más común encontrar limpiaparabrisas en los semáforos y sitios concurridos de Quito.
La mañana de este miércoles 10 de junio del 2020, este Diario hizo un recorrido en varios puntos y contabilizó a unas 40 personas que se dedican a esa actividad. Por ejemplo, en la intersección de las avenidas 10 de Agosto y Naciones Unidas, en el norte, varios de ellos se ubicaron en las esquinas de los semáforos que funcionan allí.
Unos pedían permiso a los conductores para trabajar, otros arrojaban agua jabonosa sobre las ventanas, sin autorización. “Es incómoda su presencia, porque no necesito sus servicios y me intimidan. A veces, mi parabrisas está limpio y lo ensucian”, manifestó el conductor Bernardo Salazar, quien circulaba por esa zona, pasadas las 11:00.
De forma simultánea, los comerciantes de aguas, papas fritas, verduras, frutas y accesorios de teléfonos celulares caminaban en medio de los vehículos ofreciendo sus productos. Algunos no respetaban la luz roja del semáforo y cruzaban la calle sin precaución.
Los conductores señalaron que algunos limpiaparabrisas aparecen desde las 08:00. Otro de los puntos en donde salen a laborar es la intersección de las vías Mariscal Sucre y Rumiurcu, en el noroccidente de la urbe. “La situación es terrible. A veces hay más de 10 personas ubicadas en todos los semáforos. Me da miedo abrir la ventana, porque ellos podrían tener covid-19”, manifestó Jessica García, quien circula en ese sector con su vehículo todos los días para dirigirse a su casa, ubicada en la cooperativa Jaime Roldós Aguilera.
Lo mismo ocurre en el sur, a lo largo de la avenida Mariscal Sucre, desde Chillogallo hasta la avenida Rodrigo de Chávez. Entre la ciudadela Gatazo hasta el sector de La Mascota, siempre aparecen unos cinco limpiaparabrisas que piden dinero en los semáforos, a cambio de una limpieza mientras el semáforo está en rojo. A la par, cientos de comerciantes informales expenden aceite, papel higiénico, frutas, hortalizas, ropa y zapatos.
“Estoy cansado de esta situación. La Agencia Metropolitana de Control ya debe volver a realizar controles de estas actividades”, manifestó Carlos Carvajal, mientras laboraba en su auto.
Otras personas piden dinero a los choferes; incluso se acercan cargando en brazos a niños pequeños. Así ocurrió en la Mañosca y República, en el sector de El Trébol y a la altura del túnel de San Juan. Para el conductor Vinicio Pérez, las autoridades deben hacer controles en las calles del Centro Histórico, en donde también hay limpiaparabrisas que incomodan a la gente. “Hay un indigente que siempre se ubica en la Bolívar y Guayaquil con un trapo mugroso. Solo ensucia los cristales de los carros y parece como si estuviera drogado”.
Este Diario encontró a otras personas que se dedican a esa actividad en la Patria, Amazonas, Juan León Mera, 6 de Diciembre y Tarqui, así como cerca del puente de la Velasco Ibarra y El Sena que conduce al sur de Quito. También en las vías El Inca y Amazonas y el sector de la Y.
La Ordenanza Metropolitana 201 prohíbe actividades en el espacio público de Quito como la que ejercen limpiaparabrisas, quienes cobran -a veces obligan y hasta hay casos de violencia- a los conductores. En la normativa se contempla una multa de USD 100. Antes de la pandemia, la
Agencia Metropolitana de Control (AMC) efectuaba operativos en distintos puntos de la ciudad.