Luego de 10 años de investigaciones, el Fonsal presentó el Atlas Arqueológico del Distrito Metropolitano de Quito.
Según Holguer Jara, jefe de Investigaciones, en la ciudad se encontraron evidencias históricas que datan desde los 11 000 años a. C. hasta 1 534.
Tolas, caminos, cementerios, petroglifos, artesanías, metales, entre otros, fueron ubicados en 1 500 sitios. Unos 23 técnicos, entre arqueólogos, antropólogos e ilustrados, trabajaron en la recopilación y en la puesta en escena de la información.
En los libros se publican, a color, mapas y fotografías de las evidencias arqueológicas encontradas. Además, hay una breve descripción, diagnóstico y datos georreferenciales de cada lugar.
Jara aseguró que es el primer atlas arqueológico que se publica en el país. “Esta experiencia debería replicarse en otras ciudades, para tener un registro detallado de la riqueza arqueológica de diferentes zonas”.
Alfredo Santamaría, coordinador técnico del Fonsal, destaca el uso didáctico que se le puede dar al material. Por ejemplo, en el mapa donde se ubica a la Loma Juña (Chosalongo) hay un amplio detalle cartográfico y arqueológico del sitio.
Con íconos se señala dónde hay centros poblados, quebradas, ríos, lagunas, caminos, puentes, casas, parques y otros elementos que pueden servir como referencia.
“Los tres tomos están escritos con un lenguaje sencillo. El fin es que el ciudadano entienda con facilidad la información publicada, que fue organizada de manera sistemática y técnica”.
En opinión de Jara, uno de los mejores usos que se le podría dar al atlas es que su estudio se incluya en la educación básica.