Ayer, personas formaron fila desde muy temprano en busca de atención en las afueras del Colegio 9 de Octubre, en La Gasca (norte). Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Espaciadas, una atrás de otra, cientos de personas se enfilan en los exteriores de las estaciones médicas que el Municipio de Quito comenzó a instalar desde la semana pasada en los barrios más críticos.
Adultos mayores, hombres y mujeres jóvenes e incluso niños esperan ser evaluados y saber si están contagiados de covid-19. Unos sin síntomas, otros con fiebre y dolor, madrugan a las 05:30 a la espera de un turno.
“Tengo fiebre, dolor de cabeza y de huesos. También perdí el olfato. Mi hermana es mensajera y vivimos en la misma casa en la Loma Grande. Estoy seguro que ella me contagió porque se hizo la prueba PCR y dio positivo”, dijo ayer un paciente afuera de la Escuela Sucre, en el centro.
Los primeros días -del miércoles 22 al sábado 25- más de 1 000 personas fueron atendidas en las carpas de triaje, pese a que no todas funcionaban.
Desde ayer, las 10 estaciones en los barrios y una adicional en el Centro de Atención Temporal (CAT) Bicentenario están operativas. Así lo explica Martha Gordón, coordinadora del proyecto de la Secretaría de Salud.
Según los reportes, 90% de las personas que han atendido no presentó síntomas o eran leves, por lo que en caso de requerir tratamiento (básicamente paracetamol y un antibiótico de primer nivel), puede recibirlo en su hogar.
El 8% presentó patología moderada, es decir saturaba menos de 90 (una persona sana satura 95), tenía fiebre y malestar, por lo que esos pacientes fueron referidos al CAT, para que se les realizaran placas y otros exámenes. Solo un 2% de enfermos graves fue llevado de manera urgente a alguna casa de salud.
Gordón indicó que las estaciones con mayor demanda son Quitumbe, Calderón y Julio Moreno (en Guamaní). En esos lugares se recibe un mayor porcentaje de personas enfermas con síntomas moderados o graves.
Iván Barreto, coordinador de los profesionales guayaquileños que atienden en las estaciones, indica que solo en Quitumbe reciben más de 300 pacientes al día.
El modo de atención es similar en todos los puntos. La persona responde preguntas de rigor y es evaluada. Se le toman los signos vitales y, dependiendo del resultado y del criterio médico, se le realiza una prueba rápida o una prueba PCR, si lo amerita.
Solo en Quitumbe, al día, en promedio se hacen unas 200 pruebas rápidas, de las cuales casi el 50% sale positiva.
La atención en las estaciones es compleja. Hasta el momento se han presentado algunos inconvenientes. Llegan personas sin síntomas y piden que se les haga la prueba, porque en sus trabajos les exigen presentar el resultado de un hisopado (prueba PCR), para poder incorporarse.
Gordón asegura que el siguiente paso es activar las brigadas móviles. Se trata de equipos médicos que recorrerán las calles, visitarán las viviendas de familias infectadas, identificarán nuevos casos y participarán en el control epidemiológico.
Las brigadas funcionarán con la participación comunitaria. En una primera etapa, arrancarán con 50 equipos, cada uno con un médico, un enfermero y, de ser necesario, un auxiliar. Dependiendo del sector, contarán con un tecnólogo de laboratorio.
Estas brigadas se encargarán de hacer la contención del contagio en territorio. Por ejemplo, coordinarán con los líderes barriales para visitar a las familias contagiadas o con sospecha. También trabajarán con los datos del sistema de salud. Además, los pacientes del CAT que sean dados de alta serán referidos a las estaciones, para que las brigadas móviles puedan intervenir.
El sábado se mantuvo una reunión con los promotores de la salud y representantes de Quitumbe, quienes están colaborando. Se espera que las brigadas empiecen a operar a finales de esta semana.
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