Con pasos lentos y cantos, 12 indígenas y mestizos recorrieron un trayecto que se inició en el Panecillo y terminó en el cerro de Catequilla, en la Mitad del Mundo.
Esta peregrinación arrancó el 19 de marzo a las 06:00 y culminó hacia las 23:00, con un ritual al fuego, para celebrar el Pawkar Raymi (el inicio del año en el calendario andino). Beatriz Tonato fue la guardiana del fuego durante la peregrinación de 17 horas.Ella era la encargada de llevar una olla con carbones que tenía la llama que se había prendido el 20 de marzo del 2010. La llama debía llegar a la mitad del mundo, para celebrar la eternidad del fuego y su capacidad purificadora. Además, en esta ceremonia se recuerdan las costumbres de los antepasados, que se han perdido. “Los quiteños celebran el San Valentín o fin de año (31 de diciembre), que es muy válido. Pero desconocen las costumbres de su raíces indígenas”.
Precisamente, recordar y difundir esas costumbres es la labor de Rocío Pichamba, quien realiza este recorrido desde 1996. Con los años ha visto que se suman más personas. Para ella, este ritual significa más que el inicio del año de los ancestros indígenas. “Es un momento para entender la conexión entre el hombre y la naturaleza, asimismo para purificar nuestras almas y estar en paz con la Madre Tierra”.
La mujer de rasgos indígenas y piel oscura llevaba un bastón con tres plumas de cóndor, cintas y collares de colores colgados en él. Las plumas, indica Pichamba, están ahí porque esa ave refleja nuestra identidad y los collares son ofrendas que he recibido de personas que apoyan esta iniciativa para enaltecer nuestras raíces indígenas.
El cóndor no solo estuvo presente en el bastón de Pichamba, sino en el desfile de las 20 comparsas que participaron ayer a las 11:00 en el barrio Solanda.
Esta ave, la cual también es un símbolo nacional, abrió el desfile, a través de un zanquero que tenía grandes alas y un pico grande y amarillo. Este personaje bailaba y saludaba a los vecinos del sector, y de vez en cuando abrazaba algún árbol, para recordar la conexión con la naturaleza.
Cristina Gómez, moradora del sector, veía con asombro el desfile. “Conocía el Inti Raymi, que se celebra en junio, pero no tenía idea de que existía otra fiesta indígena. Me gustan estos eventos, porque divierten y enseñan”.
Precisamente ese es el objetivo, explica el jefe Zonal de Cultura del Municipio, Rosendo Yugcha. Este es el programa inicial de 73 actos de la agenda cultural del Municipio en la Administración Eloy Alfaro, en el 2011. Entre estos hay una agenda para recordar y celebrar las fiestas indígenas. “Es importante resaltar y celebrar nuestra riqueza cultural”.
En el desfile participaron 20 grupos de comparsas andinas, que trabajan en el sur de quito. Estos son colectivos culturales que reflejan nuestra identidad y raíces andinas.
La caravana en la que participaron 200 personas avanzó por las calles José Abarcas hasta la José María Alemán. En la plaza comercial de esa calle se había preparado un altar. Sobre el piso los pétalos de flores, frutas y granos formaban un círculo ceremonial.
Carlos Puente, un vecino del sector, observa el colorido altar preparado para recibir el año . Es una ceremonia para que las semillas germinen y haya abundancia, según le explicaron.
Todos esperaban que al mediodía la luz del sol dejara de proyectar una sombra sobre los objetos. Pero la mañana estuvo nublada. Luego del ritual principal empezó un show artístico.