Confites, gafas, cigarrillos y comida rápida son los productos que alrededor de 100 vendedores autónomos comercializan en el sector de La Mariscal, sin permiso del Municipio. En este sector de la ciudad, ya no hay cupo para regularizar a más vendedores, salvo a los denominados históricos.
En la zona especial turísticas de la ciudad, en el 2013 entregaron autorizaciones a 221 comerciantes. Verónica Gaibor, asesora legal de la Administración La Mariscal, señala que en el sector no hay espacio para más vendedores en el espacio público. Actualmente, 32 expendedores de comida preparada están en proceso de regularización. 25 betuneros tienen el permiso.
Añade que entre los comerciantes que no cuentan con la habilitación hay quienes expenden alimentos y “no podemos regularizar a estas personas porque no se han capacitado en manejo de alimentos”. Luis Grijalba es uno de los trabajadores históricos, pues comercializa confites en el sitio desde hace 40 años.
Gaibor indica que hay un gran número de comerciantes no regularizados que llegan desde provincia. En lo que va del 2014, 10 se han acercado a solicitar el permiso. No obstante, dice, se les ha indicado que se están entregando renovaciones. Los llamados históricos son los que tienen más de cinco años en la zona.
Marco Asto trabaja desde hace 14 años en el sector. Actualmente vende gafas y desde hace un año obtuvo el permiso. Como cuenta, se unió a la Asociación José Martí, integrada por 60 personas. No todos están regularizados, comenta.
Según policías metropolitanos, los sitios más conflictivos son los alrededores de la Plaza Foch, la avenida Patria.
Según el Municipio, en enero se entregaron permisos a 1 800 comerciantes.