Las calles del sur de Quito siguen sucias. Ayer se vio, otra vez, las fundas de basura amontonadas en las esquinas. Los desechos se acumularon durante la mañana.
En sectores como la avenida Ajaví, en el barrio de Solanda, la basura estaba esparcida en el parterre. Las fundas que contenían los desperdicios estaban rotas, porque los perros hurgaban entre ellas.
Los vecinos del sector temen que la situación empeore, por la abundancia de las ratas y el taponamiento de las alcantarillas. Verónica Zumba, moradora del sector, comenta que el problema es que la gente no se acostumbrada a no sacar la basura los domingos.
En este sector de la ciudad, el carro recolector de la Empresa Municipal de Aseo (Emaseo) pasa los lunes, miércoles y viernes en la noche.
Zumba dice que en el sector hace falta que la gente se entere sobre los horarios de recolección. “La imagen de basura por todas partes se está haciendo común todos los lunes”.
Eduardo Olaya, habitante de Turubamba Alto, opina lo mismo que Zumba. En su barrio, dice, los lunes se acumula la basura que la gente saca los domingos. “Los desechos se quedan en la calle por más de 24 horas”.
El domingo último, Emaseo realizó la recolección de basura en los puntos conflictivos, como en los alrededores de los mercados. Por ejemplo, hubo recolección en la calle Rafael Arteta, detrás del mercado de Chiriyacu, y en los alrededores del Mercado Mayorista. Se calcula que en el sur se generan unas 300 toneladas de basura los domingos.
Los representantes de Emaseo informaron que un sector que presentó problemas el domingo fue La Ecuatoriana.
Ahí alguien botó pollos muertos en medio de la vía fuera del horario de recolección. También aseguraron que el trabajo es organizar a la gente para que saque la basura en los horarios adecuados. Además, que se comprometan a realizar los barridos en las veredas de enfrente de cada vivienda.
Otro punto que presentó problemas de amontonamiento de basura fue la Atahualpa. A pocas cuadras de la Tribuna del Sur se podían ver montones de desperdicios, que eran esparcidos por los perros callejeros.
El problema molesta a los vecinos porque, a pesar de que existen tachos de basura comunales, la gente bota los desperdicios en los alrededores.
Valentín Haro vive por este sector y cuenta que la gente saca basura en fundas grandes que no entran en los tachos. “Como se dan cuenta que la funda no entra, la dejan a un lado”, dice este quiteño de 25 años.