Imagen tomada el sábado 22 de agosto en la mañana a la altura de Pusuquí. Foto: Cortesía / Gonzalo Altamirano
La mañana de hoy, lunes 24 de agosto del 2015, ocurrieron dos accidentes en la avenida Manuel Córdova Galarza, en el norte de Quito.
El primero sucedió a las 07:50, unos 20 metros al norte de la Unidad Educativa Eugenio Espejo. Un vehículo Chevrolet gris que circulaba en sentido sur-norte impactó por detrás a una camioneta. En la calzada quedó marcado el frenazo del vehículo; sin embargo, no pudo evitar el impacto.
Cristian Ortega, uniformado a cargo de los policías motorizados que prestan seguridad en la vía, indicó que ese tipo de choques son frecuentes en el sector debido al ángulo de inclinación de la avenida (bajada pronunciada) y a que en ese lugar inicia una curva. Afortunadamente, a pesar de los daños materiales, nadie resultó herido.
Unos 15 minutos después se registró el segundo accidente en ese mismo sector pero en los carriles de sentido contrario. Una moto que circulaba de norte a sur fue impactada por un vehículo y el conductor resultó herido. Al lugar llegó una ambulancia para brindar los primeros auxilios a la víctima.
Los choques, colisiones, atropellos y pérdidas de pista no son novedad en esta arteria. Pese a que han disminuido en el último año, todavía preocupan a los usuarios de la vía y residentes de la zona.
Gonzalo Altamirano vive en Pusuquí hace 16 años y recuerda que la Córdova Galarza era conocida como la vía de la muerte. Asegura que todos los días ocurrían desgracias. Admite que hoy el número de accidentes es menor, pero aún le preocupa la situación. Esa preocupación la comparte Gabriela Cisneros, moradora de Pomasqui, quien hace un llamado a la gente para que acelere menos y respete al peatón. ‘ Es complicado cruzar la avenida. Hace falta pasos peatonales’.
Según Ortega se registran entre dos y tres accidentes semanales, la mayoría producidos por exceso de velocidad y consumo de licor.
A esos causantes, Alfredo Viteri, experto en movilidad, suma tres más: los cruces en u, la presencia de volquetas y las curvas pronunciadas.
Precisamente el sábado 22 de agosto una volqueta se vio involucrada en un accidente.
A las 07:00, una motocicleta que circulaba en sentido norte-sur se impactó contra un bus. Unos policías que viajaban en un patrullero que transitaba en sentido contrario (sur norte) vieron lo ocurrido y se detuvieron para auxiliar al herido. Los uniformados estacionaron la patrulla y cruzaron la vía. Unos minutos después, el conductor de una volqueta que se dirigía hacia San Antonio de Pichincha se distrajo por el accidente e impactó por detrás al patrullero destruyéndolo casi por completo. Luego el vehículo pesado se volcó. Se presume que, al estar sin carga, la volqueta viajaba rápido.
Precisamente por eso, se realizan a diario controles de velocidad. Agentes de la Policía se ubican en sectores estratégicos y con la ayuda de dispositivos especiales identifican a quienes exceden el límite de 90 kilómetros por hora para livianos y 70 km/h para pesados. Cada día, entre 40 y 50 personas son sancionadas, explica Ortega.
Viteri advierte que, con frecuencia, las personas curiosas que se distraen por observar un accidente, son las responsables de choques por alcance y colisiones.
Esta vía, que conecta Quito con el noroccidente, inicia en el intercambiador de El Condado y se extiende hasta el redondel de la Mitad del Mundo, en San Antonio de Pichincha.
Los problemas de movilidad también son una constante. En horas de la mañana la congestión ocurre en los tres carriles que van de norte a sur, mientras en la tarde el trancón se da en sentido contrario.
Los puntos más conflictivos para el tránsito son a la altura del redondel de El Condado, en Pomasqui y en Granilandia.