A las 07:00 del domingo, María Ananguano colocaba una carpa en una de las calles aledañas a la Plaza Central de La Merced. Vestía un poncho café con gris, una falda morada con pliegues y un sombrero. Sus hijos Vladimir, Jennifer y Mateo le ayudaron a bajar, de una camioneta vieja, una cocina industrial, un latón, dos mesas, nueve sillas y algunos platos, para vender comida típica.El fin de semana, en la parroquia La Merced, en el norte de Quito, se desarrolló el XVIII encuentro de las 33 parroquias rurales. En las calles había puestos de venta de comida y de artesanías. Efraín Freire llegó desde Quito con su familia para disfrutar de la fiesta. “Me parece una buena oportunidad para conocer sobre la diversidad cultural de nuestros pueblos”, expresó el quiteño mientras comía una empanada con bastante azúcar. A las 08:30, la Plaza Central estaba llena de personas, las calles de adoquín estaban limpias y los vendedores listos para atender a los visitantes. Los primeros buses que transportaban a las delegaciones de las 33 parroquias empezaban a llegar y el ambiente de fiesta aumentaba. Andreína Báez es una estudiante de Llano Grande. Junto con 12 compañeras viajó a La Merced, en representación de su parroquia. Ellas formaron parte de el pregón que salió desde la Plaza Central hasta el estadio. Con emoción dijo que el encuentro le parece una buena idea ya que tiene la posibilidad de hacer más amigos. Los turistas empezaron a llegar desde las 09:00. Paulina Trujillo venía desde Amaguaña junto con su esposo, Juan Arcos, y sus hijos Ana y Manuel. “Venimos para disfrutar de la comida y de los bailes”, dijo sentada en una vereda.Con el pasar de los minutos, llegaron más buses. A las 10:00, la comparsa comenzó en la Plaza Central de La Merced. Las calles se llenaron de bailarines de las parroquias, quienes presentaron las danzas típicas de sus pueblos. Vestían trajes coloridos y movían los cuerpos al ritmo de la música andina. Las bandas de pueblo amenizaban la mañana y los asistentes bailaban y aplaudían. 33 comparsas, una por cada parroquia, recorrieron las calles con música, color y baile. A las 11:00, el sol veraniego era intenso. En una carpa de la Empresa Municipal de Agua Potable se ofrecía el líquido a los sedientos.El destino final del pregón fue el Estadio Central, donde hubo unos 3 000 asientes. Ahí se entregó el Priostazgo a la sede del encuentro 2011, que será Guangopolo, en el valle de Los Chillos.Los festejos continuaron hasta la tarde. A las 16:00, Ananguano ya no tenía productos para ofrecer a los comensales que a esa hora empezaron a abandonar el lugar. A las 17:00, se realizó la despedida de las 33 delegaciones y la parroquia retomaba su cotidianidad. El encuentro parroquial se realiza una vez al año. Uno de los propósitos es integrar a los vecinos de las 33 parroquias y abrir espacios para que ellos puedan intercambiar sus costumbres. En este año, en el marco del encuentro se presentó la primera guía turística de las parroquias rurales del Distrito. Allí se informa sobre los principales destinos, la gastronomía y los sitios arqueológicos.