La actualización del inventario de inmuebles históricos catalogados como patrimoniales, que realiza el Instituto de Patrimonio (ex Fonsal), tiene tres etapas. La primera fase consistió en la renovación del registro elaborado en 1 990, que integró a 4 990 bienes.
El informe sobre el estado actual, las modificaciones en dichas construcciones y el uso de esos bienes, será presentado la próxima semana por parte del Colegio de Arquitectos. Esta organización fue la encargada del estudio.
Para la segunda fase de este plan, el Instituto de Patrimonio firmará, también la próxima semana, otro convenio con la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central. El acuerdo consistirá en que estudiantes y profesionales llenen fichas de los nuevos bienes patrimoniales, que pasarán a formar parte del inventario. En total, son 1 212.
Lauro Nina, director de Inventario de Patrimonio Cultural, informó que edificios como del Hotel Quito, de la Caja del Seguro Social (frente al parque El Ejido), la Residencia Universitaria de la Universidad Central, el Palacio Legislativo y otras construcciones se integrarán a la lista.
La razón: fueron construidas con visión arquitectónica de lo que fue la ciudad en los años cincuenta y sesenta. “Se toma en cuenta parámetros como la antigüedad. También se ve la forma y el estilo de las construcciones, la tipología, los materiales, las nuevas estructuras de vivienda con otros esquemas, entre otros”.
En el nuevo inventario también se incluirán 320 casas de hacienda, parques, plazas y 60 cementerios. Nina detalló que en el caso de edificios se consideró el diseño arquitectónico y el uso de hormigón, que reemplazó al ladrillo y a la madera, en los diferentes tipos de construcciones.
Mario Almeida, arquitecto urbanista, cree que la inclusión de los nuevos inmuebles como parte del inventario patrimonial ayudará a conservar la creatividad de los arquitectos que diseñaron esas edificaciones con una realidad urbana diferente.
“Son otros materiales y formas de cómo fueron construidos. Los dueños de bienes privados deberán invertir más en cuidarlos. En cambio, los públicos recibirán apoyo municipal”, dijo Almeida.
Luego de que los inmuebles sean incluidos en el inventario, se deberá conservar los detalles estructurales y constructivos, sin alterar su arquitectura original. Asimismo, las tareas de mantenimiento se las realizará con criterios de especialistas.
Nina aclaró que el propósito es que los dueños de casas y edificios patrimoniales ayuden en su preservación. El informe final del nuevo inventario estará listo en cuatro meses. La tercera etapa será la actualización del registro de los bienes religiosos.