Diariamente por la autopista General Rumiñahui circulan cerca de 60 000 vehículos. Se trata de una de las conexiones viales con mayor intensidad de tránsito en la ciudad y en el Distrito. Las otras son las avenidas Mariscal Sucre y la Simón Bolívar.
Dos son las realidades que viven quienes residen o trabajan en Los Chillos en su conexión vial con Quito. La primera es la parte final de la autopista General Rumiñahui y, la segunda, se concentra en El Trébol.
En la parte del valle, la ejecución del proyecto La Armenia tiene este fin. La llamada segunda etapa está en funcionamiento: se trata de un viaducto que conecta la autopista General Rumiñahui con la avenida Ilaló. Se inauguró en octubre.
En estos días se ejecuta la primera etapa. Es la conexión que va hacia el sector de Capelo. Ambas evitan que los conductores transiten por el sector del Triángulo, punto de mayor congestión en el valle.
Actualmente, la obra está en construcción, los trabajos se concentran en el embaulamiento del río San Pedro. Las autoridades de la Prefectura de Pichincha aspiran a que este proyecto vial sirva para reducir la congestión vehicular en un 20 por ciento. Así como ocurrió con el proyecto Armenia II.
Según Gustavo Baroja, prefecto de Pichincha, estos trabajajos son parte del sistema vial del valle de Los Chillos y beneficiará no solamente a los usuarios de la vía sino a cerca de 130 000 moradores de los barrios cercanos.
Uno de ellos es Cristian Íñiga, vecino y conductor. En las horas pico, él se demora cerca de 50 minutos en cruzar desde El Triángulo hasta el puente 9. “Son casi cuatro cuadras y hay mucha congestión en el sector”, indicó. Para este morador, se deben tomar medidas inmediatas para mejorar la vialidad y La Armenia I es una buena opción.
La obra se inicia en el puente 9 (en la autopista) cruza la bocatoma en la avenida Ilaló hasta la avenida Mariana de Jesús (entrada al barrio Capelo). Esta mide cerca de 2 kilómetros. Se construirán dos rampas. La calzada tendrá dos carriles en cada sentido.
Las dos avenidas son las principales conexiones con las parroquias de La Merced, Alangasí, Conocoto.
Edwin Herrera, director de Fiscalización de la Prefectura, explicó que el proyecto ha registrado cambios. Durante estos dos meses de construcción se han tomado decisiones para mejorar la obra. Una de estas es el rediseño de un tramo. Inicialmente, la circulación de los automotores que suben y bajan al valle de Los Chillos debía pasar por un viaducto por debajo de la autopista. Sin embargo, los técnicos expresaron que se complicaría la circulación.
Frente a esto, las autoridades del gobierno provincial decidieron que los carriles (sentido valle – Quito) pasen por debajo del puente del río San Pedro. Los conductores que transiten por estos carriles tendrán dos alternativas: dos carriles saldrán directamente al colegio Farina y otro irá a la autopista. Este es uno de los motivos por los que se embauló el río.
Otro de los cambios que se registran en el proyecto es la construcción de un bulevar. Los funcionarios y técnicos se dieron cuenta que por este sector transitan cientos de moradores de barrios como San Gabriel y Capelo y estudiantes de instituciones educativas. Por lo que es necesario construir un espacio de circulación peatonal. Este tendrá varias medidas de seguridad para que los pobladores caminen con tranquilidad, explicó Herrera.
El proyecto Armenia I tiene un costo de USD 25 millones. Este dinero fue financiado con un crédito concedido por la Corporación Andina de Fomento (CAF).
El Trébol, cuello de botella
En los últimos tres años, los conductores que circulan hacia y desde Los Chillos tienen una complicación: los trancones El Trébol. En ese sector, la congestión en las horas pico dificulta la circulación vehicular, especialmente en la conexión hacia el norte de Quito.
Todo el tiempo que se ‘gana’ en subir o bajar al valle se pierde.Este es un problema, señaló el prefecto Baroja. “El Trébol no es un facilitador; mientras haya paradas de buses, muros y demás continuará este inconveniente”, explicó.
El motivo es que se convierte en un cuello de botella para los conductores. La solución debe tomarla el Municipio de Quito, señaló Baroja.
En contexto
Los últimos años, Los Chillos registra un crecimiento poblacional y de vehículos, por lo que es necesario mejorar el tránsito en el valle y la conectividad con Quito. Por esto, la autopista Rumiñahui requiere de obras complementarias como La Armenia I y II.