Con un gesto de admiración, Katrin Noboa miró las imágenes de Eugenio Espejo y su hermana Manuela, en una de las salas del Museo Alberto Mena Caamaño.
A la niña, de 8 años, le encantó ver a los personajes de yeso, madera y cera. “Parecen reales”, dijo.
Ella formó parte de los 160 pequeños del campamento del Instituto Electrotécnico Rueda, que ayer recorrieron el Mena Caamaño con motivo del Primer Grito de la Independencia.
Los museos fueron los sitios escogidos para recordar el 10 de agosto de 1809. Los visitantes eran principalmente estudiantes. En las afueras del Mena Caamaño largas filas se observaban desde las 09:00. La entrada fue gratuita debido a la fecha histórica. Los encargados esperaban recibir, hasta las 12:00, más de 1000 visitantes, así como ocurrió el sábado anterior, cuando tuvieron 1 600.
La Casa de Sucre, ubicada en calle Venezuela, fue otro de los museos que tuvo acogida.
A Marcelo Puruncajas le pareció el día ideal para que su hija Melany, de 6 años, conozca la Casa de Sucre y que su hija Alejandra, de 13, aprenda más sobre la independencia del país.
“Es una experiencia muy interesante. Es una buena oportunidad para conocer la historia y saber más sobre nuestro país”.
Alrededor de 80 personas llegan diariamente este sitio, que ayer fue visitado por turistas nacionales y extranjeros.
El Museo de la Ciudad fue otra de las opciones. Carlos Llive acudió con su esposa Gladys y sus dos hijos, de 7 y 5 años.
“Estamos aprovechando las vacaciones en familia. Es una manera de acercarse más a los momentos de la independencia. Una experiencia bastante educativa”, resaltó Llive, mientras recorría la sala sobre la independencia.
También tuvieron aceptación los museos de la Catedral que muestra el arte religioso y el María Augusta Urrutia, ubicado en la calle García Moreno.