La informalidad comercial es del 20% en el Distrito Metropolitano de Quito

Las labores que no facturan son catalogadas informales. Foto: Patricio Terán/EL COMERCIO

Las labores que no facturan son catalogadas informales. Foto: Patricio Terán/EL COMERCIO

Las labores que no facturan son catalogadas informales. Foto: Patricio Terán/EL COMERCIO

En septiembre de este 2017, el porcentaje de personas cuya ocupación se desarrolla en la informalidad fue de 20,6% en Quito, según cifras de la encuesta trimestral de empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Ese porcentaje es similar al registrado en igual mes del año pasado, considerado crítico en términos económicos.

Roberto Castillo, subdirector del INEC, explica que la diferencia entre el subempleo y la informalidad está en sus características. El subempleo contempla las horas trabajadas durante la semana, los ingresos percibidos y la disponibilidad para trabajar horas adicionales.

Mientras tanto, la informalidad se mide al identificar la unidad económica en la que se desenvuelve una persona. Es decir, son aquellas personas que no tienen Registro Único de Contribuyentes (RUC) ni el Régimen Impositivo Sim­pli­ficado (RISE) .

El Centro Histórico, los exteriores de los centros comerciales o los bulevares -como los de Cotocollao (norte de Quito) y Solanda (sur)- son puntos en donde se evidencia el trabajo informal. En esos sitios, la gente vende de todo, con el objetivo de generar un ingreso económico.

Amada Vera se ubica todas las tardes en la acera oriental de la avenida 6 de Diciembre y Naciones Unidas. No tiene un trabajo formal hace cuatro años y decidió vender ropa para mantener a sus tres hijos.

“Mi esposo y yo vendemos ropa. Para un trabajo formal nos piden al menos un título de bachiller. Eso no tengo. Mi esposo tenía un buen trabajo. Dos años atrás recortaron personal y no tuvimos otra opción que vender en la calle”, dijo.

En una cuadra de la 6 de Diciembre, entre Naciones Unidas y California, cuatro vendedores ocupan un espacio de la acera. Comida, bisutería y dulces se ofertan a los transeúntes que, desde las 17:00, salen de oficinas o locales comerciales que se ubican en el sector.

Otro punto en donde se concentran las ventas informales es en la avenida Amazonas y Naciones Unidas. Allí se ubica Martha Sánchez, ella es madre de cuatro hijos y vende ropa de niños. “La verdad es que no terminé el colegio. En todo lado me piden por lo menos ese título. Hace tiempo desistí de buscar un trabajo formal y prefiero ganar el diario con la venta de ropa”, comentó.

Para Jaime Carrera, economista y director del Observatorio de Política Fiscal, que la cifra de la informalidad no haya disminuido es un reflejo del estancamiento de la economía del país. “El que las cifras sobre la informalidad se mantengan y haya una reducción mínima del desempleo en Quito, evidencia lo que pasa en el país: hay una economía que está ­estancada”, dijo.

Ese estancamiento es el que no crea condiciones para que la empresa privada oferte mayor cantidad de plazas de trabajo. Según Carrera, eso es lo que lleva a las personas a optar por ocupaciones en condiciones precarias para sobrevivir.

Pero no solo hay quienes optan por vender cualquier producto en la calle. La intersección de la Granados y 6 de Diciembre se convirtió en un punto conocido por la presencia de hombres que ofertan servicios de pintura, albañilería o plomería. A primeras horas de la mañana se ubican en las esquinas de esa intersección, a la espera de clientes.

Uno de esos casos es el de Milton Quishpe. Al mes, con trabajos ocasionales, redondea un ingreso de USD 150, con eso mantiene a una familia de cuatro integrantes. “Ya no cogen nomás en las construcciones. Así que cuando no hay obra vengo a buscar algo aquí”.

Según las cifras del INEC, el porcentaje de informales se mantuvo en la capital, en comparación con otras ciudades (ver el recuadro). Según Carrera, esta diferencia entre dos de las principales ciudades del país se da porque en Guayaquil hay una mayor presencia de actividad empresarial. Al no tener una reactivación de la empresa privada se evidencia más el subempleo. “En Quito, por el contrario, existe mayor presencia de burócratas, lo que incide en las estadísticas sobre subempleo”.

Para Mauricio Pozo, economista, en las cifras de informalidad también se toman en cuenta la presencia de extranjeros. “La llegada de extranjeros también es una variante que se debe tomar en cuenta para saber la realidad”, dijo .

Sin embargo, Castillo señaló que para determinar la influencia de extranjeros se requiere de una muestra mayor. “Para tener esa cuantificación, se requiere ampliar la muestra para saber el tipo de trabajo y tiempo en el que se ocupan”.

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