Imagen referencial. Ecuador registra un total de 302 854 casos positivos de covid-19, según la última actualización de contagios divulgada la tarde de este martes 16 de marzo de 2021 por el Ministerio de Salud. Foto: EFE
En Ecuador, el proceso de vacunación contra covid-19 ha sido criticado porque no se priorizó a población vulnerable. Ayer, lunes 15 de marzo del 2021, el Ministerio de Salud Pública (MSP) anunció que los coordinadores zonales 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) y 9 (Quito) fueron separados de sus cargos.
La Cartera informó que se abrió una investigación relacionada con los listados para recibir vacunas, entregados por el Club Rotario de Guayaquil y el Club de Leones, en Quito.
La inmunización en esta última institución se realizó el sábado 13 de marzo del 2021 y fue un esfuerzo de la Coordinación Zonal, el Club de Leones Quito y el Colegio de Médicos de Pichincha. Eso se explica en la página web del gremio de profesionales.
“En esta jornada se realizó la inoculación en conjunto con el Club de Leones de más de 750 personas. Entre otros, 500 médicos jubilados”, se lee en el post subido a la página de Facebook del Colegio.
René Enríquez, médico salubrista y especialista en Administración de Hospitales, asumió la coordinación zonal 9 en agosto del 2020. Dejó el cargo en medio de la polémica.
En entrevista a EL COMERCIO, proporcionada este martes 16 de marzo del 2021, dio detalles sobre lo que ocurrió en el Club de Leones y los listados de beneficiarios de vacunas.
¿Qué ocurrió con el proceso vacunación en el Club de Leones?
En el Club de Leones hay muchos funcionarios que son médicos o personal administrativo. Ellos, a la vez, son socios del club, que tiene más de 70 años de fundado y como 200 miembros.
Entonces en las listas de inmunización estaban incluidos socios, pero son profesionales sanitarios: médicos, enfermeras, odontólogos, etc. Uno de ellos, por ejemplo, es el doctor Santiago Carrasco (presidente de la Federación Médica Ecuatoriana). Es médico internista y miembro del club. Todos es un malentendido.
¿Usted a quiénes incluyó en el registro del Club de Leones?
No beneficiamos a ninguna persona en la vacunación de la Clínica del Club de Leones; no manejé la lista de inmunizados.
¿Quién elaboró y envió el listado del personal de ese establecimiento?
Fue levantada y enviada por e-mail por el doctor Eduardo Granja, director médico de la Clínica del Club de Leones, de las Naciones Unidas, en el norte de Quito, y fue validada por el Proceso de Vigilancia de la Salud de la Zona 9.
El Ministerio de Salud en un comunicado dijo que ustedes eran los encargados de corroborar las listas de los inoculados. ¿Es así?
Desde la semana pasada, sí. Estas eran validadas por los responsables de vigilancia epidemiológica y de la salud en las coordinaciones zonales. Ellos receptaron y validaron los listados de las instituciones.
¿Usted revisó estos registros?
No, por mis manos no pasaron. Tenía tantas ocupaciones y las dinámicas eran intensas. Por ejemplo, entre jueves y sábado vacunamos a más de 20 000 personas. Pero el encargado de la validación es el equipo de vigilancia.
¿Quiénes conformaban este equipo?
Son epidemiólogos, médicos y enfermeros que tenían esta labor. Ellos ya estaban ahí cuando yo asumí el cargo.
¿Cuál era su responsabilidad real?
La coordinación, ejecución, organización y dirección de los equipos para la inmunización. Hay dos equipos: uno de provisión y otro de vigilancia.
¿Cómo era el trabajo?
Por medio de correo electrónico se solicitaba el listado del personal administrativo, financiero, sanitario y externos. Se receptaba, se validaba, se reenviaba y se indicaba la fecha y hora de la administración de las dosis.
¿Cuánto duraba el proceso?
Eso dura de dos a tres días. Es un trabajo terrible.
¿Usted renunció días antes del anuncio de su separación?
Sí, yo presenté mi renuncia el viernes 12 de marzo y el sábado 13 de marzo ya no era funcionario.
¿Barajaron alguna alternativa para vacunar a los adultos mayores, que no sea en línea?
La única manera era inscribiéndose en la plataforma. Hasta que yo estuve no había otra posibilidad -como ocurrió con los gerontológicos-.