En la estación Universidad Central del Metro de Quito se mantienen los trabajos. Esta obra, junto a otras, se entregarían en octubre de este 2021. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
El retraso en la construcción del acceso a la parada Universidad Central, la losa de cierre del Fondo de Saco El Labrador y la reurbanización del Parque Tortuga, ubicado en la estación Jipijapa, son tres de los trabajos pendientes por los cuales la entrega total de la obra del Metro de Quito, que estaba prevista para el 31 de marzo de este año, terminará a mediados de octubre de 2021.
Según un informe de la nueva gerencia de la Empresa Metro de Quito, la obra terminará de entregarse siete meses después de lo que el anterior gerente, Édison Yánez, había anunciado.
En el caso del acceso 1 de la estación Universidad Central, la demora se originó debido a que la institución no permitió que el acceso principal a la parada sea tal cual estaba planificado, lo que implicaba que la institución cediera parte del predio.
Yánez explica que desde hace dos años se trató de hallar una solución pero no se llegó a ningún acuerdo. La empresa municipal presentó tres diseños que fueron rechazados. Finalmente, en noviembre del 2020 se logró firmar un documento gracias a lo cual se pudo empezar la construcción.
Los trabajos en la estación El Labrador del Metro de Quito deben terminar para que la obra sea entregada en su totalidad. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
En el Fondo de Saco El Labrador, en cambio, la tardanza ocurrió porque el cierre de la losa dependía de si la extensión del Metro hacia La Ofelia se llevaría a cabo. Yánez aclara que esta tarea no afecta la operación del Metro, no obstante debe estar terminada para que la obra sea entregada en su totalidad.
El Fondo de Saco se ubica más al norte de la estación multimodal, cruzando la avenida Isaac Albéniz, por donde se había instalado la fábrica de dovelas. Yánez indica que había dos opciones: cerrar el Fondo de Saco o dejarlo abierto. Si se lo cerraba, se hubiese tenido que romper la losa en caso de que se fuese a iniciar la extensión del Metro hacia La Ofelia, pero el mantenerla abierta también generaba problemas. Una posible opción es generar una reurbanización removible, es decir, cerrar el fondo con una losa que se pueda retirar cuando se vaya a ampliar el sistema.
Trabajos en la estación Jipijapa del Metro de Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
En el Parque Tortuga en cambio, el problema se dio porque para construir la estación en esa zona se debió retirar el parque y abrir una calle. Ahora, un grupo de personas pide que se reinstale el espacio verde y otro que se mantenga la vía. Por eso la obra está pendiente.
Antes de la pandemia, se tenía previsto entregar la obra en octubre del 2020, pero la llegada del covid-19 alteró los procesos. Los cierres de puertos y de fábricas y el confinamiento afectaron el avance, por lo que debió hacerse una prórroga. “El 31 de marzo debería ser la entrega total. Eso está firmado y es parte del contrato y está en las actas”, asegura Yánez.
Reitera que hasta su salida estaba planificado que la obra se entregue en su totalidad el 31 de marzo.
No obstante, la actual gerenta del Metro, Andrea Flores, explica que una obra de la magnitud del Metro requiere de un proceso ordenado de recepción definitiva y que no se podía haber afirmado que el 31 de marzo todo iba a estar terminado.
Dice haber actuado responsablemente al haber puesto en conocimiento cómo sería el proceso, y aclara que esto no va a impedir que se puedan seguir probando los mecanismos, incluso la marcha blanca (proceso donde se revisan las funcionalidades de la línea antes de entrar en servicio).
Tampoco impide que el Directorio de la empresa del Metro se reúna y tome la decisión sobre el modelo de gestión. El 31 de marzo se entregará el 99% de la obra.
Flores asegura que desde el 2020 se tenía previsto en algunos informes la justificación de cómo algunas actividades debían irse cerrando en el transcurso de los meses.
Según la gerenta, en diciembre del 2020, la empresa suscribió un documento donde se informó de la necesidad de instalar los equipos de control de acceso a los pasillos, señalando que la instalación del sistema de recaudo pude tomar de ocho a 10 meses. Esta es una de las actividades que se incluirán en el cierre de obra.
El concejal Omar Cevallos, miembro de la Comisión de Movilidad, sostiene que el anterior gerente del Metro (Yánez), debió haber sido más claro. “Ahora entendemos que el 31 de marzo termina lo que está en el contrato de construcción y empieza un proceso de recepción de la obra, lo que duraría hasta octubre (…) Si no se termina la obra total el 31 de marzo, habría que ver qué se estipula en el contrato y de ser el caso aplicar la multa”, señala Cevallos.
No obstante, Flores explica que hasta la presente fecha el Metro no ha impuesto ningún tipo de multa al contratista, y dice que el contrato permite hacer este tipo de documentos que admiten la variación en los plazos.
Finalmente, calcula que tomando en cuenta el tiempo que falta para entregar la obra, hacer pruebas y contratar al operador o la dirección técnica, el inicio de la operación comercial del Metro podría ser a finales de este año o inicios del 2022.
Para Alfredo Viteri, experto en movilidad, hay que entender que la pandemia afectó la dinámica comercial de todo el mundo, y aún no está recuperada al 100%, por lo que pudo haber afectado a la construcción.
“Además en la obra se presentaron novedades como la contaminación de suelos en la estación La Pradera, la afectación de un par de paradas en las protestas de octubre del 2019, entre otras”. No obstante, considera que el verdadero problema no es el retraso en la obra, sino en la contratación del operador.