Ayer, un pequeño camión repartía gas en las calles de La Mariscal. Según su placa, tendría restricción los miércoles. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Luego de que los sectores productivos y de transporte de carga de Quito mostraran preocupación por los efectos del Hoy no circula en el comercio, la Secretaría de Movilidad planea flexibilizar la medida únicamente para estos sectores.
El plan es programar franjas horarias específicas para este tipo de vehículos. Sin embargo, según su titular, Guillermo Abad, aún no está lista ni la resolución ni el instructivo que determinará la metodología de aplicación de la medida de restricción vehicular, que regirá desde el 9 de septiembre.
Adelantó que el documento estará listo el lunes, a una semana de que empiece a aplicarse el Hoy no circula. Según Abad, el transporte comercial tiene una sobreoferta que puede generar congestión y contaminación. Pero la incidencia del transporte pesado es mínima, pues trabaja con rutas fijas de carga y descarga que permiten una flexibilización.
Los transportistas tuvieron una reunión con el alcalde Jorge Yunda, la noche del jueves, y señalaron que la propuesta básicamente amplía para este sector los horarios de restricción que ya cumplen a diario en las franjas matutinas y vespertinas del pico y placa.
Frutas, verduras, hortalizas, tubérculos, cereales, carnes, leche, alimentos procesados y un sinnúmero de productos de toda clase llegan a la ciudad en distintos tipos de transporte hacia mercados, supermercados, bodegas, fábricas, etc. Según su tamaño, estos vehículos son de carga liviana, mediana y se clasifican por el número de llantas que tienen (entre cuatro y 22) y su dimensión (de 7,5 metros hasta 18,3 m).
Las regulaciones para este tipo sector constan en la Ordenanza 147, sobre transporte de carga y sustancias peligrosas, que se complementan con la Ordenanza 305, que se aplica para el pico y placa.
Estas permiten un ingreso progresivo de los vehículos según su tipo a redes de paso, de accesos y de servicio local. Y tienen una consideración especial para sitios como el Centro Histórico. A esta última zona, desde el 2004, no pueden ingresar vehículos de carga pesada y los de carga media tienen permitido circular de 20:30 a 06:30 y los domingos arrancan a las 19:30.
Para los transportistas, esas restricciones, además de otras que solo les permiten trabajar en el perímetro urbano en las noches y madrugadas y de 09:30 a 16:00 todos los días, son suficiente aporte para mejorar la movilidad en Quito.
Uno de los gremios afectados sería el del gas. Gustavo Moncayo preside la Asociación de Distribuidores de Gas de Pichincha Luz de América. Señala que en Quito hay 250 distribuidores que se abastecen en los nueve centros de acopio de la ciudad y entregan cilindros a domicilio, en 1 268 vehículos.
Señala que si solo una plataforma no puede entrar un día a Quito, habría 8 700 cilindros menos y en la semana, 43 500; que perjudicaría el abastecimiento de gas a depósitos y a los hogares.
Según Luis Felipe Vizcaíno, presidente de la Federación de Transporte Pesado del Ecuador (Fenatrape), este sector ya tiene unas 30 horas de improductividad semanales. Sumar las 15 del Hoy no circula impactaría en la distribución logística que “es muy sensible” y derivará en sobrecostos, desabastecimiento de productos de primera necesidad en Quito y aumento en su precio final.
La Cámara de Comercio de Quito (CCQ) informó que los sectores del comercio, industria, hotelería y alimentación emplean a unas 869 000 personas. Sus ventas alcanzaron entre enero y junio de este año unos USD 29 700 millones en Quito y contribuyeron al Fisco con unos USD 4 000 millones.
Pero los negocios no crecen y no se puede contratar a más personal, según Patricio Alarcón, presidente del gremio.
Por eso -dice-, no es momento para sumarle trabas a un sector que ya tiene problemas de competitividad. “Esta restricción afectará en un 20% a los despachos de las empresas pequeñas y medianas, especialmente”, porque las jornadas laborales deben ser de 40 horas y modificarlas para acoplarse a la medida aumentaría los costos de operación.
Para Alarcón, no se justifica que el Municipio agregue restricciones a vehículos que son solo el 4% del parque automotor y no complican a la movilidad. Por eso espera que en una reunión prevista para el lunes, en la Secretaría de Movilidad, se llegue al acuerdo que permita que estos vehículos conserven su actual modelo de circulación. Aunque es difícil prever el impacto, empresas de dulces o de pan anticipan pérdidas de entre USD 1 millón y 4 millones en ocho meses.