Imagen referencial. Quito pasará al semáforo amarillo, con las nuevas reglas que dispuso el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional el 3 de julio del 2020. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
A partir del próximo miércoles, 3 de junio del 2020, el Distrito Metropolitano de Quito pasará al semáforo amarillo, con las nuevas reglas que dispuso el Comité de Operaciones de Emergencia Nacional (COE), en el marco de la crisis sanitaria a causa del coronavirus. Así lo confirmó el alcalde de la capital, Jorge Yunda.
Desde el Ministerio de Gobierno se aclaró que si bien en este color de semaforización habrá una mayor apertura para la circulación vehicular y las actividades productivas, aún se mantiene la prohibición para realizar reuniones sociales y fiestas.
¿La razón? El epidemiólogo y salubrista Daniel Simancas explica que el virus SARScov-2, causante del coronavirus, no se ha ido y que “estará entre nosotros durante mucho tiempo”.
El experto aclara que en el semáforo amarillo se deben seguir respetando las medidas de prevención, como el uso de mascarilla, lavado constante de manos y distanciamiento social. Además, apuntó que es indispensable evitar aglomeraciones y reuniones sociales. “No por el hecho de que cambie el semáforo, vamos a pensar que podemos retomar una aparente vida normal, como antes de que llegue la pandemia”.
Si bien con el semáforo amarillo los restaurantes ya podrán operar con el 30% del aforo, Simancas recomienda que las personas que lo puedan hacer, mantengan la tendencia de solicitar comida a domicilio. El galeno cree que será un reto para las autoridades controlar que se cumpla con el aforo limitado. “Hay que hacer un llamado a la consciencia de la ciudadanía”, apuntó.
El epidemiólogo Aquiles Rodrigo Henríquez explica que el semáforo en amarillo permite mejorar la movilidad de personas que deben retomar actividades económicas necesarias para su subsistencia. Desde esa perspectiva, recomienda evitar desplazamientos que tengan que ver con ocio, fiestas o reuniones sociales “Se debe evitar la aglomeración de personas, pues podrían facilitar el contagio y la trasmisión del virus”, manifestó.
Ambos expertos coinciden en que no se trata de una situación normal y que el riesgo de contagio sigue siendo alto. Alertan que si no se acatan las medidas de bioseguridad, podría registrarse un incremento significativo de casos, que derivarían en el colapso del sistema de salud en Quito.