Trece kilómetros de red eléctrica serán soterrados en Quito

En la esquina de las calles Marchena y Versalles comenzó el proyecto de cambio de voltaje y soterramiento de red. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

En la esquina de las calles Marchena y Versalles comenzó el proyecto de cambio de voltaje y soterramiento de red. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

En la esquina de las calles Marchena y Versalles comenzó el proyecto de cambio de voltaje y soterramiento de red. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Desde este martes 19 de noviembre del 2019, la Empresa Eléctrica Quito (EEQ) comenzó a picar el asfalto de un tramo de las calles Marchena, Versalles y Darquea (centro-norte de Quito). Todo por el inicio del proyecto que cambiará el nivel de voltaje de una parte del área de servicio de la subestación Pérez Guerrero. También se soterrará la red eléctrica en los 13 kilómetros de longitud del polígono que se intervendrá.

Las zanjas que se abren tienen 1,90 metros de ancho por 1,10 m de profundidad, de allí que el cierre de las vías será parcial. Igual trabajo se hará en las otras 33 manzanas de los sectores Santa Clara y La Mariscal, es decir, entre las calles Veintimilla (norte), Patria (sur), Amazonas (este) y Versalles (oeste).

Al cabo de 20 o 25 días, en dos manzanas a la vez, se habrá construido pozos de revisión, cámaras de transformación bajo tierra y tendido de tubería. En todo el plan intervendrán más de 70 técnicos.

El incremento de la demanda de energía eléctrica en el sector justificó la ejecución de este plan, que “garantizará la continuidad del servicio eléctrico con parámetros de calidad, que redundarán en beneficio de los clientes de la EEQ”, señala su gerente general, Jaime Bucheli.

La subestación Pérez Guerrero comenzó a operar en junio de 1995 y actualmente tiene 6 300 voltios, esto no le permite garantizar un nivel de voltaje establecido por la Regulación de Calidad del Servicio Eléctrico de la Agencia de Regulación y Control de Electricidad (Arconel). Por eso, es necesario migrar gradualmente a un sistema de 22 860 voltios, dice Iván Salazar, gerente de Distribución de la EEQ.

La ejecución del proyecto tuvo una segunda razón: la vetustez del cableado, pues el 70% de la infraestructura de la zona (red, conductores, pararrayos, transformadores) superó los 25 años de vida útil.

Esa sustitución de los componentes (conductores de medio y bajo voltaje, alumbrado público) irá de una instalación aérea a una soterrada. Y al estar bajo tierra disminuirá la afectación que se tiene por la interferencia de particulares (viviendas cercanas a las redes eléctricas), aves, vegetación o incluso choques contra las instalaciones, agrega Salazar.

El hecho de que los conductores que se usarán sean de aluminio en lugar de cobre minimizará el robo y la afectación en la continuidad del servicio eléctrico. En lo que va del 2019, en todos los sectores que atiende la subestación Pérez Guerrero, se reportó el hurto de 3 633 metros lineales de conductores de cobre.

Antes del arranque del proyecto, varios equipos de la EEQ se desplazaron por el sector para comunicar a los moradores y a los propietarios de los predios sobre el inicio de la obra y sus beneficios. Lo hicieron mediante volantes, carteles y notificaciones personalizadas.

Cuando se intervenga en los puntos de alto impacto (colegios, hoteles, casas de salud, entre otros), se pondrán rampas peatonales para minimizar el impacto. Está previsto construir 404 pozos y 25 cámaras de transformación bajo tierra.

Con ello ya no habrá dispositivos electromecánicos, dice Salazar. Es decir, desde el centro de control de la EEQ se monitoreará permanentemente para saber qué elemento falló o se desconectó. Así que los tiempos de atención al cliente disminuirán; por ejemplo, si antes tomaba una hora identificar el daño y despachar al equipo que lo arreglaría, ahora recibirán una notificación en tiempo real e inmediatamente se hará el despacho.

En la subestación Pérez Guerrero -que abastece a 13 035 abonados en los sectores Santa Clara, La Mariscal, Santa Prisca, El Ejido y La Colón- también se prevé la ejecución de obra civil, cuenta David Ayo, administrador del contrato. Allí se hará cimentación y se colocarán celdas para repotenciar todo el nuevo sistema de 22 860 voltios.

A más del mejoramiento del servicio y la modernización de las redes, el proyecto incidirá en el mejoramiento del ornato de este sector que, por doquier, tiene cables colgados en los postes y no solo los siete u ocho conductores de la EEQ.

En contexto

La demanda de energía eléctrica se incrementó en dos de los cinco sectores que abastece la subestación Pérez Guerrero. Por eso, la Empresa Eléctrica Quito inició los trabajos del proyecto de cambio del nivel de voltaje de una parte de su área de servicio.

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