Uno de los nuevos camiones de carga lateral colectó ayer la basura en La Mariscal. Foto: Misael Morales / EL COMERCIO
Los 40 camiones nuevos, que llegaron a Quito los últimos seis meses, aliviaron la crisis en la recolección de basura que inundó las calles desde finales del 2017. Pero el problema aún sigue en sectores como Pisulí, El Camal, Ferroviaria y Comité del Pueblo, donde la tarea tarda hasta tres días.
El año pasado, Emaseo firmó un contrato para la compra de 40 vehículos y la repotenciación de 14. Por un monto de más de USD 73 millones, el Consorcio Recobaq se comprometió a dotar los camiones y darles mantenimiento con el objetivo de garantizar la recolección sin retrasos, durante los próximos cinco años.
Esto implica habilitar talleres, realizar chequeos mecánicos, brindar asistencias técnicas y auxilios mecánicos. Además, la empresa se encargaría de reponer los vehículos en caso de daños, a fin de mantener el servicio activo. Pero esto no siempre ha ocurrido.
Los 40 vehículos están operando al 95% de disponibilidad, que es lo que exige el contrato. No obstante, algunos han sufrido accidentes. El mes pasado, uno de los carros se fue a un barranco y otros han tenido averías, lo que obliga al contratista a reparar esos daños.
Paúl Luzuriaga, coordinador general técnico de Emaseo, explica que la empresa se comprometió, en máximo una hora, a arreglar o reponer un camión averiado que se encuentre trabajando y sufra algún desperfecto. Sin embargo, según el reporte del supervisor del contrato, en abril se programaron 2 100 rutas con la flota de los 40 vehículos nuevos, pero algunos camiones sufrieron averías y la empresa, en 20 ocasiones, no cumplió con el plazo de una hora para rehabilitar la unidad, lo que generó multas.
“Pero hasta el momento no tiene flota de reemplazo. Lo que ha hecho es rotar los camiones que están operativos, pero no siempre es suficiente”, comenta Luzuriaga. La multa es, en promedio, de USD 200 por hora de cada camión que no esté operativo y retrase la recolección.
Un letrero que pide no arrojar basura, instalado en el Comité del Pueblo, no se respeta. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Cada mes Emaseo le paga a Recobaq USD 14 000 por cada recolector, por mantenerlos operativos. Eso significa que, por ejemplo, al tener 40 vehículos operando en abril, Emaseo pagaría USD 560 000, siempre que operen al 100%.
Luzuriaga explica que en la firma del contrato se establecieron penalidades en caso de atraso o de incumplimiento. Cada mes en la planilla, el administrador realiza la liquidación de servicio y de multas y se le notifica al contratista para que presente los descargos.
En diciembre, como tuvieron operativas menos unidades, el valor ejecutado fue de USD 144 000. Pero la multa (por incumplimientos, entre ellos la operatividad de la flota), fue de más de USD 150 000. Mas, esa falta no es la única que ha generado sanciones. Hubo retraso en la entrega de los recolectores. El primer grupo llegó en diciembre; debieron hacerlo 37, pero solo arribaron 27. Los restantes arribaron en enero y febrero.
Apenas en abril llegó la flota completa, cuando debió hacerlo en marzo. En total, la multa por el retraso de llegada de vehículos suma USD
300 000, dice Luzuriaga. Los 14 camiones repotenciados ya debían estar operativos, pero no han sido entregados.
“Ocasionalmente el contratista ha puesto dispositivos de volteo adaptados a unos montacargas, para reemplazar a los repotenciados que no han llegado, pero eso ocurrió hasta abril, en mayo ya no”.
Pese a esos inconvenientes, la recolección de Emaseo es superior a la del 2018. Y los costos del servicio han disminuido: de USD 100 la tonelada, a USD 46, en carga posterior.
Recoger la basura en todo el Distrito tiene un costo promedio de USD 4,5 millones al mes. Durante la crisis, con el 90% de la flota dañada, se debieron contratar volquetas, grúas, plataformas y personal extra, lo que aumentó en más de USD 1,5 millones ese valor.
Carlos Viteri, experto en manejo de desechos, indica que ninguna empresa va a poder afrontar el alto índice de daños que sufren los camiones en Quito. “El verdadero cambio se va a dar cuando la gente aprenda a reciclar y a arrojar la basura con responsabilidad”.
Santiago Lliado, principal accionista de Recobaq, indicó que la empresa presentará los descargos de las multas generadas por Emaseo.
Explicó que los 40 camiones no llegaron a tiempo por un retraso en la salida del barco desde el exterior. “Nosotros tenemos todo justificado para que esas multas no sean aplicadas”. Dijo que están a la espera de la llegada de 2 camiones para suplir las fallas de los 40 que ya están operativos.
Sobre el retraso en la entrega de 14 camiones repotenciados, indicó que el problema radica en el mal estado de los vehículos. Según él, hubiese resultado mejor reemplazarlos por nuevos a tener que arreglarlos.