Quito es la ciudad que acumula más pérdidas económicas en la pandemia

Las ventas informales proliferan en Quito. Varias personas expenden productos en el Centro Histórico

Las ventas informales proliferan en Quito. Varias personas expenden productos en el Centro Histórico

Las ventas informales proliferan en Quito. Varias personas expenden productos en el Centro Histórico. Foto: Patricio Terán / El Comercio

La transmisión del virus en Quito creció lentamente y se contuvo durante el confinamiento obligatorio, desde el 16 de marzo hasta el 3 de junio, fecha en la que la capital alcanzó 3 842 casos confirmados.

La restricción a la movilidad tuvo impacto en la economía. A mediados de mayo, la necesidad de obtener ingresos se agudizó y obligó a pequeños y medianos negocios a laborar a puerta cerrada o a medio abrir. Entonces, solo supermercados, bancos y farmacias tenían autorización para operar.

El paso de semáforo rojo a amarillo permitió la apertura parcial de actividades, pero Quito es la ciudad que acumula más pérdidas económicas, en cifras absolutas; porcentualmente perdió el 43% de su economía.
En el primer semestre, la capital vendió USD 7 293 millones menos que los primeros seis meses del año pasado y es la localidad donde más empleo formal se perdió.

La evolución se explica, en parte, porque Quito depende del consumo interno que, principalmente, está apalancado en actividades como la manufactura, los servicios y la administración pública, explicó David López, jefe técnico de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ).

Aunque muchos negocios retomaron su labor, no se recuperó la capacidad de consumo y la gente aún teme salir, dice María Fernanda Garcés, secretaria de Desarrollo Productivo del Municipio de Quito. Esta realidad se refleja en el restaurante de Carlos Pinos, en donde la clientela se redujo 80%.

Para reactivar el comercio en la capital se revisaron y validaron los proyectos pilotos del sector privado para reabrir actividades permitidas por el COE. Se evitó el desabastecimiento de los mercados; en tercer lugar se reabrieron micro y pequeñas empresas mediante capacitaciones de bioseguridad y finanzas. Negocios como talleres mecánicos, proveedores de alimentos y bebidas y salones de belleza, entre otros siguieron guías de bioseguridad y se incluyó un componente turístico en los mercados.

La Secretaría de Desarrollo Productivo trabaja en un proyecto para facilitar pagos y reducir cánones de arrendamiento y regalías por uso del espacio público, que se hará por periodos.

Frente a esta situación, el alcalde Jorge Yunda confirmó que están en revisión impuestos, tasas y diferimiento de pagos de entre 6 y 18 meses. También se analiza baja de arriendos, creación de terrazas para restaurantes en la vía pública, ordenanzas para atraer a inversionistas. Hay 1000 millones para proyectos de inversión.Pero Yunda reconoció que el Cabildo atraviesa serios problemas de liquidez. El gobierno nacional adeuda más de USD 400 millones y desde el 2017 no cancela USD 120 millones por IVA.

Desde lo privado, la creatividad ha sido aliada para que negocios no quiebren, dice Marcelo Alemán, coordinador de Desarrollo de Proyectos en la CCQ. Patricia Jara participa en uno de esos núcleo de negocios. Ella se ha capacitado para adaptar su negocio de bodas y eventos a la nueva realidad.
Con el cambio de semáforo de rojo a amarillo y el relajamiento del distanciamiento aumentaron las aglomeraciones, la informalidad y las fiestas clandestinas, y la expansión del virus ha sido exponencial: el 23 de julio, Quito superó en casos a Guayaquil, que era el epicentro de la pandemia.

El creciente contagio provocó que las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) estén al 100% y con listas de espera por una cama. Seis clínicas privadas y el Centro de Atención Temporal en el Bicentenario se sumaron a la atención.

El distrito registró hasta ayer 21 238 infectados. Sin embargo, se debe señalar que, entre marzo y el 26 de agosto pasados, sumó 4 609 defunciones inusuales, en comparación con igual período del 2019. Esta mortalidad irregular es tres veces menor que la registrada en Guayaquil. Si se toma en cuenta solo fallecidos confirmados y probables de covid-19, que reporta el Ministerio de Salud, la tasa por cada 100 000 habitantes es de 35, menor que el promedio nacional de 58.

Para Marcelo Aguilar, epidemiólogo, más del 90% de la población aún es susceptible de infectarse y, en un escenario de mayor movilidad, los casos subirán. Por eso, él cree que no se puede hablar de un aplanamiento de la curva de contagio. En los últimos días, el comportamiento de casos ha sido irregular y esto depende del número de pruebas diarias que, por ahora, son insuficientes.

Suplementos digitales