La construcción de los pasos elevados dentro de las ciudades siempre genera molestias y críticas entre los moradores de sectores cercanos y los quiteños no podían ser la excepción.
En el Puente del Guambra, por ejemplo, luego de la construcción del paso a desnivel de la avenida Patria hace más de 30 años, los locales comerciales desplazaron a las casas. Édgar Rodríguez, quien trabaja en uno de los negocios bajo el puente, cuenta que antes era una zona residencial, donde vivía la gente acomodada.
Antes de la obra, recuerda, el movimiento era distinto en la avenida Patria. No había delincuencia, accidentes ni bullicio. Su construcción trajo mayor tránsito vehicular, más comerciantes, y atrajo a los dueños de lo ajeno. Rodríguez cuenta que no había buena iluminación.
Durante unos 30 años, los asaltos, arranchos y asesinatos fueron frecuentes. Hoy la situación ha mejorado. La llegada de entidades estatales, de cámaras de seguridad del ECU 911 y la presencia policial mejoraron el escenario.
Algo similar ocurrió en los alrededores del paso a desnivel de La República. Pilar Ruiz vive allí hace 35 años, justo frente a la estructura de cemento . Recuerda el parterre amplio, con vistosos árboles que daban un aire natural al sector. Era un barrio familiar y exclusivo, pero según recuerda, la mayoría de los vecinos prefirió vender sus viviendas y marcharse de allí. Fueron pocos los que quedaron.
Hoy, sale de su casa y se encuentra con las bases del paso a desnivel. Admite que es un sector desolado y peligroso. La parte baja de la estructura es usada como parqueadero y es común robos a los vehículos.
Frente a ella vive Tatiana Endara, quien asegura que el paisaje se dañó luego de la construcción. No se queja del ruido ni la delincuencia. “Hubiese querido que no haya el puente, pero si esto fue una solución al tráfico, debemos sacrificarnos”.
Los pasos elevados no siempre son un problema. El colectivo Arquitectos por la Ciudad encuentra algunos intercambiadores como útiles, sobre todo porque no se construyeron en lugares con edificaciones cercanas a las vías. Un buen ejemplo es el de La Y, cuyo único puente pasa por el costado de la estructura general y no generó problemas de escala humana, por ejemplo.
El intercambiador de la 10 de Agosto y Naciones Unidas tampoco provocó agresiones al urbanismo, al igual que el puente de la avenida Occidental que da continuidad a esa avenida cuando pasa frente a El Bosque, sin agredirlo.
El Municipio de Quito anuncia la construcción de un paso elevado para autos en la avenida Diego de Almagro, dentro de un plan de reforma integral denominado Solución Vial Guayasamín, con el cual se busca arreglar el caos del tránsito en la Plaza Argentina.