Los pasajeros del Corredor Central Norte toman el bus fuera del andén. Foto: Fotos: Pául Rivas/EL COMERCIO
Grafitis, basura, ventanales destruidos y malos olores son algunas de las características de las 13 paradas del corredor Central Norte y dos del Trolebús que se encuentran inutilizadas y se han convertido en refugio para personas en situación de calle y basureros.
Las paradas La Carolina del Trolebús, tanto sur – norte y viceversa, dejaron de funcionar a mediados de año. Esto por la construcción de las nuevas paradas que eran necesarias para el embarque y desembarque de pasajeros de los biarticulados.
Alexandra Pérez, gerenta de la Empresa Pública Metropolitana de Transporte de Pasajeros de Quito (Epmtp), explica que las paradas La Carolina no fueron reconstruidas porque existe un informe técnico con estándares internacionales que determina la distancia a la que deben estar ubicadas y estas se encontraban a una distancia inferior a la norma, por ello dejaron de utilizarse.
Actualmente, estas paradas lucen como espacios completamente deteriorados.
En el centro de la ciudad también quedan dos plataformas que correspondían a las paradas Chimbacalle y Santo Domingo. Estas estructuras tampoco han sido desmontadas por completo.
El interior de la parada Carolina luce con basura y los vidrios rotos. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Carolina Rodríguez, gerenta de Obras Públicas, explica que para realizar los trabajos de derrocamiento de estas plataformas se firmó un convenio interinstitucional entre la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) y el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), pues al tratarse del Centro Histórico, se requieren elementos específicos para no desentonar las aceras.
Los trabajos para desmontar estas dos estructuras están programados para enero de 2018, según confirmó este miércoles, 27 de diciembre, la Epmmop.
Con respecto a los 13 andenes correspondientes al corredor Central Norte, que están ubicados entre la avenida Diego Vásquez de Cepeda (Ponceano Alto) y la av. Jaime Roldós Aguilera (Carcelén).
Estas estructuras fueron construidas hace 12 años y nunca fueron utilizadas, según explica Ney Jiménez, presidente del corredor Central Norte. “Estas paradas fueron construidas antitécnicamente a sabiendas de que no iban a ser utilizadas porque no existía demanda para usarlas”.
Jiménez reconoce que estos andenes se han convertido en sitios en donde personas en condición de calle consumen drogas e incluso como “guaridas para delincuentes”. Asegura que frecuentemente recibe denuncias ciudadanas, pero que no está en sus manos tomar una decisión al respecto.
“Se han presentado dos escritos a la Municipalidad, uno en la administración pasada y otro hace aproximadamente cuatro meses. Tengo entendido que ya está lista la orden para que se efectúe el derrocamiento, pero no sé qué sucede”, señaló Jiménez.
Pérez señala que en junio del 2015 esas paradas pasaron a través de un acta de entrega – recepción desde la Epmmop hacia la Epmtp. “Luego de analizar toda la documentación técnica, jurídica y financiera, el Directorio de la Epmtpq resolvió, en sesión de 22 de diciembre de 2017, darlas de baja para su respectiva destrucción”, explicó la funcionaria.
Sin embargo, aún no se ha precisado la fecha en que se iniciaría el derrocamiento de estas paradas.
Gabriel Castillo vive en un conjunto ubicado en la avenida Diego Vásquez de Cepeda, precisamente una de las paradas abandonadas se encuentra a pocos pasos de la puerta de ingreso a su domicilio.
“Son años de reclamos para que retiren estas paradas que son realmente un lugar para que los delincuentes se escondan, además genera una imagen terrible de la ciudad y hasta es un foco de insalubridad”, asegura Fonseca.