El helicóptero, que puede trasportar hasta 25 toneladas de carga, completó su último viaje de traslado de material, para la construcción de sistema de agua potable, este jueves 8 de junio del 2017. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Un helicóptero especial de carga transportó aproximadamente 300 toneladas de materiales para la construcción del sistema de agua potable para dotar de ese servicio básico a los barrios altos del noroccidente de Quito. Así lo aseguró la mañana de este jueves 8 de junio de 2017 Mauricio Rodas, alcalde de la ciudad.
“Esta obra evidencia la transformación que estamos haciendo en el noroccidente como parte del proyecto Quito Cables”, dijo el Burgomaestre.
La nave, que puede trasportar hasta 25 toneladas de carga en cada viaje, completó su último traslado desde el sector de Catzuquí de Moncayo, al que se accede a través de la vía a Nono. Fue necesario el viaje en helicóptero debido al difícil acceso a la zona.
Según la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), el proyecto comprende la captación de 100 litros por segundo (l/s) a través del aprovechamiento de las fuentes del río Mindo y las quebradas Pungú y Yanayacu. La obra, incrementará a 350 l/s el caudal del sistema del noroccidente y beneficiará a 10 000 habitantes de los barrios Catzuquí de Moncayo, Freire Mena, Catzuquí de Velasco, Tenerías, Uyachul, Rundupamba y San Vicente.
Rodas dijo que el sistema además beneficiará indirectamente a más de 90 000 moradores de 29 sectores ubicados desde la avenida Mariscal Sucre hacia el occidente, ya que se incrementará el caudal del sistema. Se tiene previsto que la obra se entregue en 60 días. La inversión asciende a USD 5 829 526.
María Cigha, residente de Catzuqui de Moncayo, reconoce que esta obra beneficiará a su barrio, ya que el agua que consumen y utilizan a diario proviene de una “acequia” que baja por una montaña cercana.
El presidente del barrio Catzuqui de Moncayo, José Haro, está de acuerdo con Cigha con respecto al beneficio que la obra traerá a su comunidad. “Si no hay agua, no hay vida,” dijo el dirigente.
María Cuascota, otra vecina, comentó que el agua que venía desde la acequia solo llegaba por horas y que está agradecida porque finalmente tendrá agua limpia de forma permanente.
Desde marzo del 2015, cuando arrancó la obra, se han instalado 24 kilómetros de tuberías. Rodas agregó que su administración ha realizado una intervención integral e importante en todo el noroccidente. “Hemos dotado de servicios básicos, asfaltado y adoquinado de más de 40 calles, sistemas de contenerización, Guagua Centros, el parque Curiquingue, entre otras obras”, finalizó.