El Metro se prueba sobre rieles. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Después de 75 días de la llegada a Quito del primer tren del Metro, este lunes, 19 de noviembre del 2018, se probaron los seis vagones en la playa de vías del área de talleres y cocheras, en Quitumbe.
El tren fue remolcado 300 metros por un ‘locotractor’, un equipo utilizado para el desplazamiento, enganche y arrastre de maquinarias.
A las 10:37, el primer tren empezó a moverse por la puerta de uno de los talleres en los que se repararán las unidades del sistema. Ese tramo lo recorrió en cerca de tres minutos.
Esta es la primera de tres fases que están programadas para probar los trenes con que operará el Metro, desde diciembre del próximo año. Mauricio Rodas, alcalde de Quito, dijo que en esta etapa de evaluaciones aún no se utiliza energía y la finalidad es comprobar el acople.
A las 10:40, el primer tren del Metro llegó hasta la plataforma desde la cual se accede para observar su interior. El primer vagón, que en septiembre pasado fue rayado, ya no tiene marca alguna del grafiti que desató una campaña del Cabildo para identificar a los responsables.
El ensayo consistió en evaluar el recorrido del tren sobre los rieles. Es decir, se examina si el acople es correcto y, si al desplazarse, no existe ningún elemento que entorpezca el movimiento del tren.
Parte de esta etapa también fue verificar el empalme de los seis vagones. En el interior del tren es posible caminar desde el primer coche hasta el último. Tiene uniones del tipo articulado, que permiten al pasajero trasladarse por su interior de principio a fin.
El tren armado tiene una extensión de 109 metros. Cada tren tendrá una capacidad máxima para 1 500 pasajeros y se trasladará, en promedio, a 40 km por hora en el túnel de 22,6 kilómetros entre El Labrador (norte) y Quitumbe (sur). La velocidad en la que se moviliza en esta primera prueba no se acerca a ese promedio.
Hasta fin de año no se podrá avanzar mucho más en las pruebas. Jorge Yáñez, gerente de la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito, dice que para la siguiente fase de la primera etapa se requieren las instalaciones eléctricas.
Cada tren tiene dos cabinas para conducirlo. Están ubicadas en los extremos. Foto: Ana Guerrero / EL COMERCIO
Los ensayos eléctricos con los cuales se evalúan las conexiones y el control de las comunicaciones entre coches empezarían en enero, cuando haya energía en el área de talleres y cocheras de Quitumbe.
La segunda fase consiste en las pruebas estáticas. Arrancará el primer trimestre del 2019. Yáñez señala que esas evaluaciones se pueden efectuar a la par de la fase uno, siempre y cuando se terminen las instalaciones eléctricas.
Las valoraciones estáticas consisten en probar todo lo relacionado con la conexión del cableado, las tuberías internas, las mangueras. Además, se debe probar que todos los elementos electrónicos funcionen de forma adecuada.
Finalmente, se harán las pruebas dinámicas: el tren se mueve por sí mismo una vez que la red de rieles cuente con energía. La tensión eléctrica de alimentación del tren es de 1 500 voltios en corriente continua (VCC). Para esto se requiere que todo el sistema de rieles esté instalado.
Yáñez dice que hasta el momento está instalado el 45% de la vía de riel en el túnel del Metro. Hasta finales del primer trimestre del 2019 se colocará el 100%. Una vez lista toda la red, se procederá con las evaluaciones dinámicas en el interior del túnel.
Los seis vagones del primer tren ya fueron acoplados. Tienen un corredor continuo. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
En esta última fase se probarán los niveles de aceleración, frenado, seguridad al descarrilo, comunicaciones y equipo de señalización de embarcado en las estaciones.
Las tres fases se repetirán con los 18 trenes con los que funcionará el sistema. En enero próximo llegarán dos trenes más. Rodas informó que esa será la forma en que arribarán a la ciudad: dos mensuales, hasta septiembre próximo.
Las pruebas están a cargo de la firma española Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF). Sus técnicos serán los responsables de capacitar al personal que operará los trenes. Fabricar cada tren tiene un costo de USD 183 millones. Esto se financia con un crédito del Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM). La construcción de la totalidad de los trenes tiene un avance del 35%.
En las cocheras no solo estarán estacionados los trenes sino que también se realizará mantenimiento rutinario y de ciclos largos, si requieren ser desmontados.