La repavimentación en el sector del Cumandá se inició en la administración de Rodas y continúa en la de Yunda. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
El presupuesto real con el que cuenta la ciudad para lo que resta del año aún es incierto. Según el alcalde Jorge Yunda, alcanzaría los USD 70 millones, de alrededor de 872 millones, aprobado en la alcaldía de Mauricio Rodas.
Este monto no incluye el presupuesto destinado al Metro, que sobrepasa los 860 millones. Rodas explicó que esta cantidad no afecta a la inversión para la ciudad, puesto que sale de un crédito que llegó para este proyecto. El 18% del resto de recursos se usa en gasto corriente y el 82% es inversión, explicó.
Según el concejal reelecto Eduardo del Pozo (Creo), está previsto que mañana la Administración Yunda entregue a los ediles un informe sobre la situación financiera real de la ciudad. Pero señala que más allá de las cifras, “quedan pocos recursos de libre disposición para el Alcalde”.
Sobre el destino de ese dinero habrá mayor claridad en julio próximo, cuando Yunda pueda hacer una reforma al presupuesto, dice Del Pozo.
El principal anuncio de Yunda en sus primeros 15 días a la cabeza de la ciudad es el de una repavimentación total de la capital, pero aún no ha presentado un plan específico que explique cuánto costará ni cómo se financiará. Lo único que se sabe es que se aplicará una medida tipo Hoy no circula, para retirar 50 000 vehículos diarios por “seis o siete meses” que duraría el mantenimiento vial.
Del Pozo señala que el ajuste presupuestario debería incluir, entonces, una reducción en otras áreas para aumentar dinero a la repavimentación. Él calcula que una obra de esa envergadura costaría USD 1 000 millones “y el presupuesto no alcanza, por más voluntad que haya en el tema”.
Sin embargo, hay quienes consideran que la situación presupuestaria de Quito no es tan dramática como la han pintado Yunda o el vicealcalde Santiago Guarderas, quien se ha referido al estado económico del Municipio como “calamitoso”. Ambos apuntan a las alianzas público-privadas como una salida. Yunda también ha dicho que la capacidad de endeudamiento del Municipio está en el techo, por lo que cree que las concesiones son una alternativa.
El exedil Carlos Páez acepta que la situación presupuestaria es compleja, pero no al punto de decir que está en cero. Él recomienda que de entrada se revisen las cuentas y los contratos que se hicieron en la última etapa de la administración Rodas, para renegociarlos o suspenderlos.
Pero indica que hay otras fuentes para reforzar el presupuesto con USD 40 millones o 50 millones extras. Entre ellas está la implementación del peaje en la Ruta Viva, que significaría un ingreso de USD 10 millones al año, para pagar la vía. Esto debía estar en marcha desde enero pasado, pero no ocurrió; por lo que el Municipio y la Empresa de Obras Públicas dejaron de recibir ese dinero que es necesario.
También recordó que hay un informe de que los precios de parqueaderos municipales cerrados -en parques y en la Zona Azul- deben subir. Al hacerlo, la ciudad recibiría USD 2,5 millones anuales más.
El aumento de los pasajes, en cambio, sería una forma de ahorrar USD 70 millones que actualmente se gastan en subsidios, la mayoría en el transporte municipal.
Páez coincide con Rodas en que es falso que la ciudad haya llegado al techo de su capacidad de endeudamiento. De acuerdo con el artículo 125 del Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas, se pueden generar deudas por un máximo 200% del total de ingresos y el monto total del servicio anual de la deuda, incluida amortización e intereses, no deberá ser mayor del 25% de los ingresos totales, por fuera de la deuda.
Según Páez, la deuda en Quito está en un 180% y bajará a un 170%. Rodas señaló que el pago de la deuda este año está en un 10,79% y en el 2020 alcanzará el 11,20%.
Luis Reina es parte de la Comisión de Presupuesto y coincide en que aún no hay claridad sobre el presupuesto con el que se cuenta hasta fin de año. Pero señala que hay que considerar que la Epmmop, por ejemplo, recibe un monto por contribución de mejoras y la Epmaps cobra por servicio de agua potable y alcantarillado. Muchas obras que necesita la ciudad deben llegar desde estas empresas de servicios públicos. Además -dice-, la misma Epmmop puede acceder a créditos de los multilaterales.
Reina cree que las medidas de austeridad ayudan, pero coincide con Páez y Del Pozo en que el ahorro en autos municipales y telefonía es mínimo (USD 180 000 al año) frente a lo que necesita la ciudad.
Se pregunta cuánto costará cambiar el logo del Municipio y las vallas de Quito grande otra vez. “Se quiere dar la imagen de que es una gran medida y una gran solución”.