Incendio forestal en el Ilalo, el cuerpo de bomberos realizó el trabajo de extinguir el fuego. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO
Es como una corona de fuego. Las llamas formaron una especie de semicírculo que bordea todo el flanco occidental del Ilaló, en Tumbaco. Hasta las 17:15 de este lunes 24 de agosto del 2015, el incendio no podía ser controlado. Unos 50 uniformados del Cuerpo de Bomberos de Quito, con la ayuda de 30 comuneros, lucharon por más de ocho horas con agua, ramas y machetes con la intención de controlar el fuego, pero no lo lograron.
Al circular por la vía Ilaló, a unos 20 minutos del sector de Chiviquí, las secuelas del voraz incendio se adueñaban del paisaje. La montaña negra, seca, y en el borde el tomate del fuego tratando de cruzar un cerco formado por bomberos y comuneros.
En el sector de Plaza Pamba, el fuego bajó a la quebrada, volvió a subir por el otro lado, pasó un camino empedrado y empezó a quemar la parte más alta de la montaña. Allí estaba José Pailatoa, efrentando cara a cara a las llamas, armado únicamente con una rama que minutos atrás cortó de un árbol.
Pailatoa zarandeaba el fuego con fuerza. Unos 40 golpes y la llama se perdía, pero bastaba un soplido del viento y el fuego volvía a aparecer.
Los comentarios de los hombres que intentaban apagar las flamas no eran alentadores. “No se puede”, “el viento es muy fuerte”, “nos está ganando”, se escuchaba. El primer contingente con socorristas llegó a las 08:30. A las 14:00, tres tanqueros y seis camionetas apoyaban la labor de los uniformados.
José Zapata, del Cuerpo de Bomberos, explica que el fuego contaminó la parte posterior del Ilaló y arrasó con terrenos forestales en Chiviquí. Aún no era posible establecer el área que se perdió. La topografía y los vientos intensos ayudaron a que el incendio tome fuerza y crezca. Zapata dijo que no se descarta que el incendio haya sido provocado ya que hay acceso vehicular y peatonal al sitio donde el fuego se inició.
La topografía y la fuerza de los vientos, no permitieron que el helicóptero que recorrió la zona en la mañana pudiese apoyar a los uniformados.