Una camioneta gris que se dirigía hacia el norte de la ciudad perdió el control en una cuesta. Foto: EL COMERCIO.
Quito vivió una difícil jornada de movilidad la noche de ayer, 16 de enero del 2015. Se combinaron varios factores que convirtieron al tránsito vehicular en todo un caos.
El primer ingrediente del caos fue el día, viernes. Los viernes hay más personas que salen a divertirse y prefieren ir a zonas del centro–norte de Quito. En este sector, además, se dio anoche el concierto de Don Omar y Daddy Yankee, en el céntrico estadio Olímpico Atahualpa, que fue el segundo factor del caos.
A todo eso se sumó la lluvia, que había estado ausente desde fines del año pasado. Con la lluvia llegaron los accidentes, en especial uno que se produjo en la Simón Bolívar, donde, además, se presentó un derrumbe a la altura de Guápulo. También se reportó una inundación en la zona de Cumbayá.
Los mensajes en Twitter hablaron masivamente de las difíciles condiciones del tráfico. En la cuenta TraficoUIO se recogieron algunos de este talante:
Dos horas de la 6 de Diciembre a San Antonio
Cristina Coello, una conductora, relató que el trayecto desde el sector de El Batán hasta San Antonio de Pichincha le tomó dos horas de viaje.
“Pudo ser más tiempo”, asegura, “pero afortunadamente conozco unos atajos que me permitieron avanzar un poco más rápido entre el Megamaxi de la 6 de Diciembre, desde donde salí, hasta la Gaspar de Villarroel y 6 de Diciembre. Ese trayecto me tomó unos 35 minutos. Normalmente, lo cubriría en unos 10, a lo mucho”.
“Luego”, cuenta Coello, “enfilé hacia La Y, con la intención de ir por La Prensa hasta El Condado. Recorrer el tramo entre la Gaspar de Villarroel y el antiguo aeropuerto me tomó 45 minutos”.
Desde ahí hasta San Antonio, pasando por El Condado, le tomó otros 40 minutos.
“Salí a las 20:30 y llegué a casa a las 22:30. ¡Dos horas de viaje! De tanto parar y arrancar, parar y arrancar el auto se me recalentó”, cuenta la conductora quien, además, afirma que hubo muy poca presencia de agentes civiles de tránsito, sobre todo en la conflictiva zona del Estadio Olímpico.
Derrumbe y accidente
Filas de vehículos que parecían interminables se formaron en los tres carriles del sentido norte-sur de la avenida Simón Bolívar.
A la altura del ingreso para Guápulo, un deslizamiento de tierra y piedras causó el cierre parcial de ese tramo. El equipo de bomberos tardó dos horas y media en retirar los escombros de las vías.
A las 19:30 de ayer, 16 de enero del 2015, cuando por fin se habilitaron esos carriles, un choque a unos 200 metros del derrumbe volvió intransitable la vía.
Esta vez, una camioneta gris que se dirigía hacia el norte de la ciudad perdió el control en una cuesta, traspasó el parterre, rompió la valla de seguridad y chocó contra una camioneta negra que estaba atrapada en la congestión.
Fue un milagro que el conductor del vehículo impactado saliera ileso.
“Me duelen las costillas y tengo unos raspones en la pierna, pero pude morir”, dijo el hombre.
No era para menos. Por la fuerza del impacto la valla metálica se incrustó en el vehículo, justo en el espejo y volante del conductor.
El hombre que causó el siniestro solo dijo, como defensa, que iba a menos de 60 kilómetros por hora.