Los manifestantes sacaron pedazos de antiguos muros patrimoniales, en el centro. Fotos: Eduardo Terán, Galo Paguay y Vicente Costales / EL COMERCIO
Mascarillas, gafas e implementos para proteger el cabello usaban trabajadores municipales, militares, policías y algunos vecinos ayer 4 de octubre del 2019, en la vía E35, en Pifo.
La escena se parecía a aquella de la década pasada, cuando la ceniza del Reventador cubrió Quito. Pero esta vez, el molesto polvo no era gris sino de un negro profundo que tiznaba la calzada y se adhería a la piel y a la ropa de quienes estaban cerca. Con una pala mecánica, los obreros removían los restos de llantas quemadas y los colocaban en un camión.
El maquinista contaba que tenía la misión de limpiar toda la vía, desde Tumbaco hasta el aeropuerto, pero en la calle se rumoraba que en cualquier momento habría un nuevo intento de cerrar la vía.
Esta es solo una de las huellas que dejó la protesta del jueves 3 de octubre en el Distrito Metropolitano de Quito, en el marco del paro nacional por las medidas económicas y la eliminación del subsidio a la gasolina y al diésel. Según el Municipio, la ciudad pierde USD 110 millones cada día de paralización.
Además, se calcula que la destrucción que dejaron los enfrentamientos entre manifestantes y policías le costará a la ciudad medio millón de dólares. USD 200 000 serán para recuperar la belleza del Centro Histórico, cuyos bienes fueron atacados. Los sectores más afectados fueron La Marín y la calle Guayaquil (Plaza del Teatro y San Blas, incluidos).
Los manifestantes se ingeniaron para arrancar unas 150 piedras patrimoniales y hasta manijas de antiguas puertas para lanzarlas a los uniformados en las calles.
Policías colaboraron ayer con la limpieza en los exteriores del ex Regimiento Quito.
Las paredes quedaron grafiteadas, había piedras dispersas en las calzadas y aceras, los bordillos y adoquines estaban destruidos y hasta estructuras metálicas fueron removidas.
Raúl Codena, director del Instituto Metropolitano de Patrimonio, indicó que el valor de la afectación tenderá a subir porque “el daño que hemos encontrado en el Centro Histórico es muy grave: mampostería destruida, iluminación, jardinería, grafiteros (…) Nosotros no queremos enfocarnos en el valor económico, pero sí en el valor cultural e histórico”.
Apenas la situación se estabilice, se hará una evaluación más completa y los arreglos se iniciarán en el sector de La Marín, dijo el funcionario.
Ayer, no solo los empleados municipales intentaban borrar la huella de la violencia, incluidos los restos de las bombas lacrimógenas. También, miembros de la Policía barrían la acera del ex Regimiento Quito.
Las calles de la ciudad lucían desoladas. En un recorrido por los sectores de Las Casas, La Paz, Itchimbía, Carapungo, Ruta Viva, E35, Simón Bolívar y La Argelia, el movimiento era totalmente atípico. Pocos vehículos transitaban por las vías y solo se podía ver algo de aglomeración a los pies del paso peatonal de Carapungo.
Ahí, autos, camionetas, minivans y muy pocos taxis esperaban por pasajeros. “Eloy Alfaro, Comité, Estación del Trole, NN.UU.”, voceaban.
Estos son tres de los 100 contenedores quemados o destruidos en las protestas.
Cerca, el hollín de las llantas quemadas aún se veía sobre la calzada recientemente pavimentada. Según el gerente de la Epmmop, Mauricio Rosales, es temprano para saber cuál es el daño que la quema de llantas dejó en el asfalto. Pero se deberán reparar otros deterioros como semáforos rotos o averiados, señalética de tránsito, bordillos y mobiliario urbano.
En la Panamericana Norte y en la calle Luis Vaccari estaban cinco de los 100 contenedores de basura que hasta ayer constaban en la lista de daños de Emaseo. Yolanda Gaete, su gerente, dijo que uno de los trabajadores fue golpeado antenoche en un barrio del sur de Quito y debió ser hospitalizado.
Unos 200 agentes de tránsito fueron agredidos, dos fueron retenidos por algunas horas y 10 motos fueron incendiadas. 10 cámaras y fotorradares fueron destruidos.
Emaseo pidió a los habitantes de la ciudad guardar las fundas de basura si ven demoras en la recolección. El personal laboró con normalidad, pero hubo sectores en el sur a los que no pudieron ingresar o llegaron fuera de horario, debido a los bloqueos viales.
En el centro y en el sur de la ciudad las protestas persistían ayer, aunque la mayoría de vías cerradas el jueves se despejaron poco a poco durante el día.
El Ejército tenía la misión de evitar bloqueos. Cerca de las 14:00, un grupo de manifestantes encendió llantas en la av. Simón Bolívar, a la altura de La Argelia, pero abandonaron su barricada. Pronto llegó un patrullero que se detuvo detrás del fuego que alcanzó a bloquear dos de tres carriles.
Al amanecer, gran parte de los carriles de la Ecovía y el Trole estaban habilitados pero los manifestantes lograron bloquear tramos en el sur por horas. Pasadas las 17:00, el servicio se había restablecido en la Ecovía; el Trole circulaba desde El Labrador hasta Santa Clara. Luego se reactivaba desde El Recreo hasta Quitumbe.