El sector de San Roque, centro de Quito, ha sido identificado como un un sitio de alto tráfico y robo a conductores. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Las historias se repiten en el norte, centro y sur de Quito. La Policía ha identificado 16 puntos de la capital, en donde ocurren, con mayor frecuencia, asaltos a personas dentro de sus vehículos. Los policías hablan de una ola de ataques a conductores y que ahora estos hechos se producen con más violencia.
Paúl, de 33 años, fue víctima de esta modalidad de robo en diciembre del año pasado.
Él recuerda que regresaba a casa, pero el tráfico lo detuvo en el sector de los túneles de San Juan, en el centro capitalino. A las 18:45 vio por los retrovisores que dos personas se acercaban a su auto.
Los dos rompieron las ventanas y uno de ellos le exigió que le entregara el celular.
Luego, uno de ellos le apuñaló siete veces en el brazo y en la mano. El miércoles, Paúl recordó cada detalle de esa escena. “Por la desesperación, arranqué mi vehículo y le choqué al auto de adelante”.
Entonces, los dos hombres huyeron del lugar. Ahora este caso reposa en la Fiscalía.
La Policía sabe que las bandas que cometen este tipo de ilícito están conformadas de dos a tres personas. Uno distrae al conductor mientras el otro rompe el vidrio con una bujía o punta de acero.
Luego utilizan cuchillos o armas de fuego para obligar a las personas a que entreguen la mayor cantidad de pertenencias y las de más valor.
Tras un proceso de investigación, los agentes conocieron que los sospechosos aprovechan que los automotores están sin seguro en las puertas o con las ventanas abiertas.
Otra modalidad es chocar el auto de la víctima para obligarla a bajar. Entonces, otro asaltante sustrae los objetos.
Los principales bienes que se llevan son teléfonos celulares, carteras y mochilas.
Hay grupos que esperan a los vehículos en los semáforos. Cuando este se pone en rojo intervienen. “Las bandas actúan en esos lugares, porque saben que los afectados no van a seguirlos ”, dijo un agente.
Eso le ocurrió a José, un hombre de 41 años. Él fue asaltado en el interior de su auto mientras regresaba a su casa.
El hecho ocurrió en septiembre pasado, a las 19:00, en la avenida Mariscal Sucre, en el sector del Condado. El hombre estaba en su vehículo a la espera de que el semáforo cambiara a verde para continuar.
Un hombre abrió la puerta del carro y le pidió el celular.
José lo empujó y volvió a cerrar la puerta. Enseguida, el desconocido sacó un arma de fuego y le apuntó en la cabeza.
Entonces, el conductor bajó la ventana del carro, le entregó el teléfono y el armado huyó.
Según datos del Ministerio del Interior, de enero a marzo del año pasado hubo 1 575 robos a personas en la capital. En este año, en el mismo período, se registraron 1 608 casos.
Víctor Araús, comandante de la Policía de Quito, aseguró que los ataques de este tipo ocurren con frecuencia entre las 17:00 y las 20:30, cuando hay más congestión vehicular.
Por eso, dispuso que haya más presencia policial en los 16 puntos identificados. “Queremos prevenir que ocurran estos asaltos violentos”.
A las 18:30 del jueves, este Diario estuvo en el sector de San Roque, pero no hubo presencia policial. Igual ocurrió en las avenidas 6 de Diciembre y De los Shyris, a las 19:30.
Paúl recordó que el momento del asalto tampoco había uniformados en el sitio y aseguró que hasta ahora los sospechosos no han sido capturados. Tras el ataque, él se fue a un hospital donde le hicieron una cirugía para reconstruirle el brazo.
Hasta el momento no recupera la sensibilidad ni motricidad de la mano izquierda.
La Policía indicó que el pasado 22 de abril capturó a tres supuestos asaltantes.
Según las investigaciones realizadas, estos sospechosos robaban a las personas dentro de los vehículos en el sector de Cumbayá.
Según el Código Integral Penal (art.189), el robo es sancionado con privación de la libertad de cinco a siete años.
Araús dijo que cuando ven a los policías, las bandas se trasladan a otros sectores y continúan con los ilícitos. Por eso, la orden es que realicen vigilancia permanente.
Por ejemplo, Lashmi, una joven de 22 años, fue víctima de un ataque violento dentro de su auto. Ocurrió en la avenida Orellana, en el norte, el pasado 25 de marzo. Eran las 17:30 cuando detuvo su auto, porque el semáforo se puso en rojo.
Entonces, dos desconocidos se acercaron y le rompieron los vidrios laterales del automotor. Durante 10 segundos uno de los sospechosos le golpeó en la cara y forcejeó para quitarle el celular. “Lo único que pude hacer es gritar desesperadamente y pedir ayuda”.
Luego, el conductor de otro vehículo ayudó a la joven y llamó a la Policía, pero los agresores se alejaron del lugar. Tras el ataque, la mujer acudió a la Fiscalía a poner la denuncia.
El comandante Araús indicó que para evitar este tipo de asaltos, los gendarmes que realizan patrullaje en las calles trabajan coordinadamente con las unidades policiales de Inteligencia e Investigación, para determinar otros puntos de la ciudad donde operan estas bandas. La idea es desarticular las redes delictivas.