Dos analistas consideran un desatino las contraprotestas para apoyar obras del Municipio de Quito

Un grupo de moradores protestó cerca al ingreso del túnel Guayasamín. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Un grupo de moradores protestó cerca al ingreso del túnel Guayasamín. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Un grupo de moradores protestó cerca al ingreso del túnel Guayasamín. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Las últimas semanas, moradores de barrios que se sienten perjudicados por la construcción tanto de los Quito Cables como de la Solución Vial Guayasamín han salido a las calles para protestar en contra del Municipio de Quito y rechazar la ejecución de las dos obras.

Tras varios días de pronunciamientos por parte de los detractores, el jueves pasado (9 de junio)  se hicieron presentes en las calles grupos de apoyo al Municipio. Ubicados en los mismos escenarios de las protestas, las ‘contra protestas’ se encargan de mostrar el otro lado de la moneda: gente que apoya las obras.

¿Por qué salieron a las calles? ¿Cómo se organizaron? Leonardo Cuestas, presidente de la Roldós, uno de los barrios que manifestaron su apoyo al Municipio, contó que el miércoles 8 de junio los líderes de la zona fueron citados por el alcalde Mauricio Rodas en el Municipio. Acudieron, según Cuestas, representantes de más de 10 barrios como Pisulí, Moncayo, Consejo Provincial, Caminos a la libertad, Cangahua, entre otros.

El dirigente aseguró que esa fue la primera reunión que han tenido directamente con el alcalde. Antes, habían tenido acercamientos con la administración zonal La Delicia y los representantes de la Secretaría de Movilidad.

En dicha reunión se les informó sobre el proyecto y el costo. Además, se profundizó en cuanto al beneficio para la comunidad. “Vemos un trabajo positivo, a futuro, un nuevo modelo de transporte. Y ahora el señor Alcalde cuenta con el apoyo de los representantes. Él solicitó el apoyo y nosotros estamos dispuestos a apoyarle”, dijo Cuestas.

El jueves 9 de junio, esas comunidades salieron a las calles para respaldar la construcción. Incluso, en el sector de la Roldós se van a realizar mesas de trabajo periódicas para apoyar la propuesta de la Alcaldía. Se invitará a los representantes de los barrios para socializar el tema y asistirá personal de Movilidad para explicar cómo funcionará el sistema.

Moradores de los valles realizan un plantón a favor de la Solución Vial Guayasamín. Foto: Cortesía

Los moradores de Caminos a la Libertad también salieron a las calles a apoyar la construcción de los Quito Cables. Celso Meza, líder del sector cuenta que el Alcalde les manifestó que su barrio se verá beneficiado con la obra.

Las notas sobre las ‘antiprotestas’ fueron subidas inmediatamente a la Agencia de Noticias Quito, la página web a través de la cual el Municipio da a conocer sus obras, planes, proyectos y novedades respecto a la gestión de la municipalidad en general.

El mismo jueves, pero en la tarde, también hubo plantones de expresión referentes a la Solución Vial Guayasamín. Un grupo de vecinos de la Plaza Argentina salió con carteles para protestar por el paso elevado que se desea construir en la avenida Diego de Almagro. Pero al frente estaba un grupo de moradores de los valles, quienes se manifestaron a favor de esta obra.

¿Es acertada o no la actual estrategia municipal?

Para Fernando Carrión, catedrático universitario y especialista en temas urbanos, el tratar de enfrentar una marcha con otra marcha es un “desatino total”, ya que puede conducir a hechos de violencia.

“Esa práctica está implantándose en todo el país: frente a movilizaciones sociales a favor o en contra de una medida aparece una ‘contramovilización’ organizada por los estamentos oficiales.”.

Carrión asegura que lo que se necesita es que al autoridad escuche, discuta, debata y explique la obra, porque confrontar con la misma metodología de la población demandante no es lo más correcto en términos de gestión pública.

De generalizarse en otros sectores de la ciudad, acarrearía problemas para la movilidad y el funcionamiento de la ciudad. Además, dice Carrión, se degradaría la institucionalidad y las demandas sociales de la población.

“Dicha estrategia se había visto desde la perspectiva nacional pero no local. Da la impresión que el mal ejemplo termina implantándose no solo en el Ecuador sino en otros países”, afirma.

Con eso coincide Francisco Rocha, analista político, quien cree que el Municipio está reproduciendo la estrategia del régimen, basada en la provocación.

Rocha recuerda que los Quito Cables fueron una propuesta de campaña de Rodas, por lo que al iniciar la obra está cumpliendo un ofrecimiento. El analista advierte que toda obra genera reacciones y que hay gente a la que beneficia y otras a las que perjudica.
Frente a ese panorama, Rocha plantea una pregunta: ¿qué se debe hacer: enfrentar, confrontar o buscar soluciones?

“Se debe resolver con el menor costo social posible. El trabajo no es imponerse ni derrotar a alguien sino buscar una mejor solución para los sectores respetando lo más que se pueda los derechos y la inversión.

Para Rocha, no ha habido obra grande en Quito o el país que no haya generado debate político. Mientras más grande la obra, genera más debate.

“Hay que conversar con la ciudad en lugar de confrontar. Me parece que el tema se está partidizando. El Municipio debe explicar más sobre el servicio, mostrar los estudios…”

Moradores de los sectores Colinas del Norte, El Rosal, El Manantial, Los Cipreses, Ponceano Alto y El Condado se juntaron en la parte inconclusa de la avenida Machala para expresar su rechazo al proyecto Quito Cables. Foto: Cortesía

‘Batalla’ en las redes sociales

Otro fenómeno también se ha hecho visible los últimos días: la presencia de trolls enfocados en responder, y a veces en atacar, a las personas que usan las redes sociales para criticar o rechazar los Quito Cables.

Christian Estay Nicular,
consultor en innovación estratégica, explica que para poder entender cuál es el resultado de los trolls hay que comparar con un gran foro en el que alguien comienza a gritar: “la idea es mala” o “no le crean a esa persona”. Y de repente entre el público hay un movimiento raro: el rumor cobró fuerza.

Así el fenómeno del troll funciona pero en el plano de las redes sociales. Es el cuchicheo despectivo negativo y minimizador.
Se trata de personas que se crean un perfil solo para atacar. Hay dos tipos de troll: uno institucionalizado (que defiende posturas de poder) y otro por naturaleza. Para saber cuál es la situación actual en la ciudad se necesitaría, dice, hacer una investigación.

Para el experto, el troll es una mala práctica pero es una herramienta comunicacional que se usa. Y la mejor forma de combatirla es con argumentos contundentes.

El problema del troll es que te aleja a las personas del objetivo en discusión y quien pierde es la ciudadanía quien se confunde y prefiere alejarse al no haber debate.

Por su lado, Santiago Zeas, secretario de Comunicación y vocero del Alcalde, expresó que las autoridades del Cabildo guardan profundo respeto a las expresiones de los ciudadanos. “El Municipio de Quito respeta todas las posiciones que se registran alrededor de los proyectos, siempre que se apeguen a la verdad y en las que no se manipule ni difame a nadie. Proyectos como la Solución Vial Guayasamín y los Quito Cables, que buscan construir un Quito moderno y solidario, van a continuar privilegiando el bienestar colectivo sobre el interés particular”, expresó Zeas.

Los moradores de los barrios La Roldós, Pisulí, Catzuqui de Moncayo, Camino a la Libertad, Colinas del Norte, entre otros, se concentraron en el Obelisco de Pisulí para apoyar el proyecto Quito Cables.

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