La temperatura y la lluvia registran 5 años de alteraciones en Quito

En el bulevar de la avenida Naciones Unidas es común ver a gente con sombrillas, gorras y sombreros para cuidarse del sol. En enero, la venta de bebidas se disparó. Foto: María Isabel Valarezo / El Comercio

En el bulevar de la avenida Naciones Unidas es común ver a gente con sombrillas, gorras y sombreros para cuidarse del sol. En enero, la venta de bebidas se disparó. Foto: María Isabel Valarezo / El Comercio

En el bulevar de la avenida Naciones Unidas es común ver a gente con sombrillas, gorras y sombreros para cuidarse del sol. En enero, la venta de bebidas se disparó. Foto: María Isabel Valarezo / El Comercio

En Tababela, el 7 de enero, el termómetro marcó a los 27,7 grados centígrados. Eso se considera un récord según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi). La temperatura máxima registrada en ese sector del Distrito fluctúa entre 22 y 25 grados.

Este registro alto no es aislado. Es parte de un año meteorológico que cierra su ciclo con anomalías, las cuales se extienden hasta lo que va del mes.

A lo largo del 2014, los quiteños sintieron temperaturas más altas y tuvieron menos cantidad de lluvias. Las épocas seca y lluviosa, así como los meses de transición, mantuvieron comportamientos irregulares.

Quito y la Región Interandina se han caracterizado por tener dos épocas de lluvia, una temporada seca y dos veranillos que sirven de referencia, por ejemplo, a los agricultores. El veranillo de El Niño que debía terminar el 30 de diciembre continúa hasta estos días.

Esperanza Montenegro tiene una chacra de maíz en La Argelia Alta, sur de Quito y está preocupada por el crecimiento de sus plantas. “Si no llueve esto se va a perder". Contó que los tiempos para sembrar y cosechar están cambiados desde hace unos tres años.

El Inamhi informó que no habrá lluvias, al menos, hasta dentro de 72 horas. Hasta hace cinco años, la época lluviosa más fuerte comenzaba en octubre y terminaba a finales de diciembre.

Incluso, el 4 de octubre se producía el Cordonazo de San Francisco, una lluvia fuerte que ya no se produce en esos días.

En 2013 y 2014, las lluvias de finales de año se retrasaron en la ciudad y en gran parte del Callejón Interandino.

El Análisis del Período Lluvioso establece que en octubre y noviembre del 2013, el registro normal de precipitaciones arrojó que hubo valores inferiores a los normales en diversas partes de la Sierra, incluido Quito.

Un segundo período de lluvias, de menor intensidad, debió comenzar este mes y extenderse hasta abril. Sin embargo, la ciudad pasa por una situación “atípica” que tiene que ver con la falta de nubes provenientes de la Costa y la Amazonía, señala el Instituto.

Carlos Naranjo, director del Inamhi, ratificó que las épocas no se cumplen con la regularidad que deberían. Señaló que una de las causas para que se den estos cambios se remonta al Fenómeno de El Niño de 1998; hasta ese año los períodos eran bien delimitados en el país.

También mencionó el calentamiento del planeta. Advirtió que un efecto directo es la desproporción que existe en los promedios de lluvia; por ejemplo, en tres días de cualquier mes pueden registrarse fuertes precipitaciones, cuyos registros compensan los 27 restantes de sequía.

En la naturaleza se evidencian efectos directos con grandes incendios forestales, que son inusuales en los primeros meses del año. En lo que va de enero se registran cinco incendios de proporciones. En el Ruco Pichincha se perdieron 60 hectáreas, el segundo más grande registrado en un año.

Para este año, el Inamhi tiene previsto colocar equipos especializados, como radares y medidores, para mejorar los registros en las estaciones que tiene en el Distrito.

Suplementos digitales