Para tener abundancia económica al iniciar un nuevo año se debe colocar dentro del zapato un billete de alta denominación. Así lo asegura Patricia Noboa, quien practica todo tipo de cábalas desde su niñez.
Doce días antes del 31 de diciembre, alista en una fuente de cristal todo tipo de granos, ubicados por capas. Cada día coloca una capa nueva con algún grano. Con eso -dice- se garantiza que la persona tenga una vida próspera el año entrante. “Solo la persona que coloca los granos puede mezclarlos y si gusta puede llevarse un poco en la cartera”.
El 31 de diciembre, Noboa coloca 12 velas de diferentes colores, cada una tiene su propio significado, amor, moral, dinero, fertilidad…
Minutos antes de la medianoche prende las velas dentro de la fuente de cristal. Cuando se derrite la cera, esta se fusiona con los granos para garantizar que la abundancia venga junto a los buenos deseos.
Asimismo, a la medianoche dentro de un vaso de agua se rompe un huevo. Al día siguiente, la yema, que toma diferentes formas, se interpreta como lo que traerá el nuevo año.
Esta prática también es realizada por Estefanía Nicolalde quien, además, abre una botella de champán para realizar un brindis y con ello atraer las buenas energías de la familia y los amigos. En su copa coloca dos anillos de oro y se toma el licor. “Ese ritual trae dinero y prosperidad si se lo hace con fe”.
Unas horas antes de que sean las 24:00 empaca en una maleta ropa nueva o prendas amarillas, la cierra y la tiene lista para correr con ella toda la manzana de su casa. Sin mirar hacia atrás recorre los alrededores y pide en su mente poder realizar un viaje.
Cuando ya faltan solo 12 segundos para iniciar el año, coge un racimo con 12 uvas y se las come, una por segundo, pidiendo un deseo. Para ella, estos son rituales infaltables en la víspera de Año Nuevo y que hasta ahora -según cuenta- le han traído buena suerte.