Descalzos o con fundas en los pies por un derrumbe en Quinindé

Un deslizamiento de tierra obstaculizó la vía El Roto - Cube, en Quinindé (Esmeraldas). Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO.

Un deslizamiento de tierra obstaculizó la vía El Roto - Cube, en Quinindé (Esmeraldas). Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO.

Un deslizamiento de tierra obstaculizó la vía El Roto - Cube, en Quinindé (Esmeraldas). Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO.

Descalzos, con botas de caucho o fundas en los pies, debían salir los moradores de la parroquia Cube, en el cantón Quinindé de Esmeraldas, en el norte de Ecuador. Allí se registró la madrugada de este 6 de febrero de 2015 un derrumbe de piedras, lodo y vegetación.

Maritza Chila, moradora desde hace tres años de Cube, tenía programado un viaje a Esmeraldas para resolver un inconveniente familiar. Por ello debió caminar 15 minutos desde su casa hasta el derrumbe. Allí se quitó los zapatos y cargó a su hijo de cinco años. “Tenía miedo de caerme o de que se presentara otro derrumbe y nos pasara algo malo”.

Luego Chila debió caminar alrededor de ocho kilómetros por la vía El Roto – Cube, donde se presentó el derrumbe, hasta llegar a la vía Esmeraldas – Quinindé. “Nos trasladamos en unas rancheras o en camionetas. Pero como hubo este derrumbe solo están trabajando dos”.

Jenny Solís también tuvo que atravesar el derrumbe. Ella vive en una de las 67 poblaciones cercanas a Cube, pero su hijo, de siete años, estudia en el centro poblado de la parroquia. En la mañana su hijo salió a la escuela con los vecinos. Cruzaron el derrumbe, pero las clases se suspendieron. “Le dio miedo regresar. Unos familiares me avisaron y vine por él”.   

En otro sector de la zona alta de Quinindé se registraron inconvenientes por la temporada invernal. En la parroquia rural Chura, por ejemplo, el desbordamiento del río Vinsade debilitó uno de los muros que sostienen al puente. Este acceso vial es el único camino para llegar hasta Viche.

El agricultor José Benavides debía transportar unos sacos con semillas de palma africana hacia Quinindé. Pero los organismos de socorro que monitoreaban el sector no le permitieron avanzar. Villegas aseguró que en el presupuesto de la Prefectura de Esmeraldas de este año se tiene previsto la construcción del puente.

En la cabecera parroquial de Chura también fue afectada una plazoleta que era utilizada por los 500 moradores del sector para esperar el transporte. Un deslizamiento de tierra de una pared montañosa cayó sobre el techo de la construcción y la destruyó. Según la Unidad de Gestión de Riesgos del Municipio de Quinindé, no hubo personas afectadas. Además la escuela del sector se inundó por el desbordamiento del río Vinsade.

Según Dolores Villegas, de la Unidad de Gestión de Riesgos del Municipio de Quinindé, se presentará un proyecto a la Secretaría de Gestión de Riesgos de Esmeraldas para que se construya un muro de gaviones en la parroquia y así evitar inundaciones.

En el recinto Los Alves, de la parroquia Viche, en cambio, dos familias resultaron damnificadas por un derrumbe, que cayó en sus viviendas. En el momento, las familias se encuentran en casas acogientes. Segundo Acosta fue uno de los afectados. Él asegura que parte de sus pertenencias se dañó. Se tiene previsto que este fin de semana el Ministerio de Inclusión Económica y Social les entregue víveres.

Según Villegas para cumplir con las emergencias invernales se utilizaron siete máquinas como retroexcavadoras, volquetas y gallinetas. “Más de 35 personas de la Policía, Bomberos, Municipio, Prefectura y Ministerio de Transporte y Obras Públicas se movilizaron hasta las parroquias afectadas”.

El pasado lunes 2 de febrero de 2015, un niño falleció al caer a una alcantarilla, en el centro de Quinindé. Las fuertes lluvias de esa noche provocaron que las calles del sector se inundaran y la corriente arrasó al menor hasta el viaducto. El cuerpo fue encontrado en el río Chinca, que confluye con el río Blanco.​

Suplementos digitales