Redacción Construir
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Desde 1986 todo tipo de superficie que sea mineral, piedra, granito, mármol, porcelanato e incluso el cemento pueden ser tratados con un químico para dejar de ser peligrosos por resbaladizos.
Alejandro Subía trabaja con químicos para lograrlo.“El objetivo es brindar seguridad para pisos y suelos al hacerlos antideslizantes mediante la puesta de un proceso químico”.
Posigrip es un producto importado, una franquicia americana. En Ecuador lo que se hace además de la instalación es la capacitación para su mejor puesta y el manejo del producto.
Otros detalles
Las caídas son la principal causa de accidentes en el hogar y por las que los empleados o trabajadores se incapacitan.
El tratamiento tiene un año de garantía. El mantenimiento a los pisos es el normal, aunque se recomienda no echarles ácidos.
El producto no tiene olor. Se puede aplicar para su uso inmediato. No es tóxico y tampoco tiene un color definido.
Pero, añade el especialista, el sistema no cambia de manera perceptible la apariencia ni la textura original de las áreas, sino que aumenta el grado de fricción que tiene originalmente para hacerlo antirrodante.
El mejor ejemplo que se puede dar para entender la función del químico es comparar el piso con una llanta lisa. Cuando está mojado el piso, las llantas se resbalan. Eso mismo sucede con las superficies porosas. Lo que hace el Posigrip, añade Subía, es ponerle una huella antideslizante.
Todas las superficies duras, que tienen como base los minerales, son porosas por naturaleza. “Cuando se aplica el químico (Posigrif), los poros naturales se ensanchan y se profundizan para crear un molde de la pisada que no sea resbaladizo”, añade.
El producto, que viene en presentación líquida, lo que hace es darle un labrado microscópico imperceptible que lo protege. El proceso se inicia con un análisis del suelo para definir el tiempo y la concentración del químico que se va a utilizar para poder desarrollar el tratamiento.
Después se hace el lavado de la superficie. “Lavarlo significa dejarlo libre de grasa. No siempre es necesario limpiarlo, pero eso dependerá del estado de suciedad del área”, cuenta Subía.
El siguiente paso es aplicar una pequeña prueba para definir el tratamiento que se le va a dar al piso o suelo, porque no todas las superficies tienen el mismo requerimiento. Se prepara la solución necesaria y se procede a aplicarla. “Se la pone solamente en pisos minerales”, añade.
La concentración se realiza con una bomba de esprái o aspersor. “El promedio del tratamiento es de más o menos media hora. Igualmente, si es necesario se neutraliza la aplicación o simplemente se la lava para dejarla lista”. La neutralización se hace con otro producto químico que sirve especialmente para eso. “No es preciso dejarlo secar”.
El mantenimiento implica impedir el acumulamiento de grasa. “Esto tapa el nuevo labrado de la superficie y el área puede quedar de nuevo resbalosa. Tampoco hay cómo encerar los pisos”.
En una casa se puede decir que es de por vida. En cambio, en un hospital o un restaurante y hoteles, por ejemplo, que tienen mucho más uso, se puede dar un tratamiento más seguido para evitar el desgaste del producto.
El valor de los químicos se fija según el área. Cuando se trata de una superficie normal, la aplicación tiene un costo de USD 4 por m², mientras que las áreas húmedas o industriales el precio es de USD 6 por m². El precio puede incrementarse cuando se utilizan desengrasantes.