Redacción Ibarra
Bajo una carpa blanca de la Cruz Roja, José Muñoz se protege del sol en el aeropuerto Atahualpa, en Ibarra. Allí permanece todos los días, de 08:00 a 18:00, junto con otras cinco personas.
Son familiares de los cinco desaparecidos, desde el pasado 29 de diciembre, en la laguna de Puruhanta, cantón Pimampiro.
Cuando los helicópteros de la Policía y del Ejército aterrizan, Muñoz se dirige a la pista y averigua a los uniformados si traen noticias de su hijo, José Ruperto (40). También están desaparecidos Guillermo Lima (26), Nancy Arcos (25), Óscar Chamorro (17) y Pedro Arcos (14).
De acuerdo con las presunciones de los organismos de socorro y el personal de Criminalística de la Policía, los desaparecidos utilizaron un bote viejo para navegar por la laguna.
Ayer, Juan Daza, alcalde de Pimampiro y coordinador del Comité de Operaciones de Emergencia (COE), informó que 35 buzos y rescatistas del Ejército y de la Policía rastrean la laguna por tramos. “Los buzos no pueden permanecer sumergidos más de 15 minutos, por el intenso frío”, añadió.
El Burgomaestre adelantó que si hasta este fin de semana la búsqueda no arroja resultados, se tomará una decisión. “Tenemos toda la voluntad de hallar a los desaparecidos, pero en estos días reuniremos las pruebas suficientes que demuestren que están muertos”.
Muñoz ya perdió la esperanza de encontrar con vida a su hijo. Lo único que quiere es recuperar el cadáver para enterrarlo.
Las condiciones climáticas complican la búsqueda en Puruhanta. Ayer, el cielo estuvo nublado y llovió durante la mañana. A eso se suma que hay mucho sedimento en la laguna.
La semana pasada, los buzos encontraron el bote, los remos y una gorra. Por ahora, esas son las únicas evidencias de que la embarcación naufragó.
Juan Jaramillo, jefe del operativo de rescate del GIR de la Policía, se reúne todos los días con los rescatistas, a las 18:00, en el aeropuerto de Ibarra.
En las reuniones también participan los familiares de los cinco desaparecidos.