Los puentes, huella del crecimiento de Quito

En el sector de La Ronda y la 24 de Mayo está uno de los puentes patrimoniales. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

En el sector de La Ronda y la 24 de Mayo está uno de los puentes patrimoniales. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

En el sector de La Ronda y la 24 de Mayo está uno de los puentes patrimoniales. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Los puentes unen cada etapa de la historia de Quito. Han conectado barrios, permitieron cruzar quebradas, abrieron camino al ferrocarril, en definitiva, son un pilar del crecimiento de la capital. En principio se derribaban árboles, con el tiempo se sumaron las rocas, el hierro y el hormigón armado. 17 de las estructuras que aún están en pie son parte del inventario patrimonial.

La lista está integrada por los puentes de piedra de Chillogallo, de la Fosforera, de la Factory, del Sena, nuevo de la Ronda, Guápulo, Pusuquí Chico, San Rafael, Los Libertadores, El Cachaco, Tajamar, Amaguaña y El Tingo. Se suman los que se encuentran sobre el río Chiche: de piedra, metálico y piedra-vía férrea.

El localizado sobre el río Machángara, conocido como del Sena, es uno de los emblemáticos por su antigüedad. El Instituto Metropolitano de Patrimonio da cuenta de dos niveles: el primero construido de piedra sobre arcos de medio punto (período colonial). El segundo reposa sobre arcos rebajados de ladrillo (siglo XIX).

El 19 de diciembre del 2019 se presentó un socavón en el sitio y la circulación se suspendió para la intervención requerida. Luego de un mes de trabajos, el Municipio anunció que la circulación se habilitará mañana, 20 de enero del 2020.

Puente sobre el río Machángara, Centro de Quito. Foto tomada en 1981. Puente que se ubicaba en el sector del Censo. Foto de 1956.

Pero el paso del Machángara no es el único enlace en la historia de Quito. En un viaje al pasado, Alfonso Ortiz, arquitecto y excronista de la ciudad, recuerda que la capital se construyó junto a quebradas. De ahí que cuando se requería ampliar las vías y, de a poco la ciudad fue creciendo, había la necesidad de tender puentes.

La dinámica: se les quitaban las ramas a los árboles y el tronco se apoyaba entre un extremo de la hondonada y otro. Hacían falta entre 10 y 12 ejemplares. Se amarraban, se colocaba tierra y chambas. La técnica se aplicó en vías como la Benalcázar y la Venezuela.

Más adelante, detalla Ortiz, los puentes hechos de madera se protegieron con techos de teja, para que el material no se pudra. Una muestra fue el recordado puente Alfaro, que se encontraba en la Villa Flora.

Al recorrer el barrio del sur de Quito hay quienes aún dan fe de este, como Rodrigo Dueñas, arquitecto y uno de los primeros moradores del sector. El puente era el punto de conexión entre el centro y el sur.

Claro que en la historia también está el paso De los Gallinazos, que según el IMP fue de 1864. Se ubicó en la antigua ‘calle del Mesón’ (entre Santo Domingo y San Sebastián), que baja a la antigua quebrada de Ulluguangayacu.

Se trató de una estructura de piedra que permitía salvar la quebrada de Jerusalén, hoy avenida 24 de Mayo. Uno nuevo se construyó a mediados del siglo XIX, bajo la tutela del arquitecto Thomas Reed -contratado por el presidente Gabriel García Moreno-, con una obra en mampostería de piedra. Tomó el nombre de puente y túnel de la Paz. La estructura original desapareció, pero la historia sigue viva.

Se suma el denominado puente nuevo de La Ronda, a lo largo de la calle Venezuela. El IMP detalla que fue implementado por el presidente Eloy Alfaro como parte de las obras de modernización.

En la ruta se incluye la estructura levantada para la vía férrea sobre río Chiche. El reconocido arquitecto Milton Barragán detalla que este se construyó en la primera mitad del siglo XX para el ferrocarril Quito-Ibarra. El diseño es el clásico de arco de

El antiguo puente metálico sobre el río Chiche se ubica en el valle de Tumbaco.


En esta línea del tiempo, Ortiz añade que solo cuando llegó el tren se levantaron pasos metálicos, pues con las locomotoras llegaron los materiales necesarios.

Las construcciones son contempladas en la Ley Orgánica de Cultura, en su artículo 54: De Los Bienes y Objetos Pertenecientes al Patrimonio Cultural Nacional. Se menciona a los puentes y líneas férreas de la época colonial y republicana construidos hasta 1940, que contengan un valor cultural-histórico necesario proteger. Además, el uso y función: evaluar el uso actual y funciones originales.

Para el análisis patrimonial se aplican varios criterios. Uno de ellos es la antigüedad. Se analiza el emplazamiento y contexto con el entorno urbano, la tipología del espacio público en relación con su origen histórico. También, el ‘Histórico-testimonial-simbólico’: definir la relación de los inmuebles del espacio público con valores sociales, económicos y culturales.

Como refiere Ortiz, los puentes de Quito son parte de una gama de enlaces que se construyeron en el país, como en la vieja carretera de Quito a Riobamba y Guaranda. Se hicieron más de 100 puentes de piedra y algunos subsisten.

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